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Nada está decidido aun en los primitivos tiempos de la iglesia, todo corresponde á un desórden general que, terminando con cuantos elementos hasta alli habian predomina do pugna por reconstruir un mundo nuevo en los escombros del derribado.

tema de despiezo entre los romanos, estaban | zo de las piedras lo que á la construccion. perfectamente labradas en escuadra, sus aristas eran muy vivas y se ajustaban tan perfectamente las unas á las otras, que las juntas parecian, segun Batissier, un hilo delgado, pudiéndose apenas distinguir en qué parte se unian las piedras. Para conseguir tamaña exactitud, colocaban los sillares los unos sobre los otros y los frotaban hasta sacar pulimento á las dos caras puestas en contacto. Empleábase este despiczo mas generalmente en los templos, los arcos de triunfo, los anfiteatros, etc., y en todos los edificios de primer órden.

Las columnas, los ornatos, todo cuanto constituye la arquitectura, es tomado de los templos, de las basílicas, de los palacios romanos, y amalgamado, dispuesto y cordinado de distinta manera. El despiezo ó el modo de cortar las piedras es análogo al que se usaba en el bajo imperio, pero de tal modo empleado, que desde luego se conoce cual es la mano que lo ha construido.

El pequeño despiezo tenia lugar cuando se empleaban en la construccion de los muros piedras cuyas dimensiones no escedian de cuatro á seis pulgadas, teniendo estas la forma de una pirámide truncada cuyo vértice se encontraria en la prolongacion del espesor del muro. Hállanse comunmente en los muros construido de este modo, verdugadas de ladrillo colocadas de tres ó de cuatro en cuatro hiladas de piedra; pero mas bien que para restablecer la línea horizontal sirven estas para ornato de la construccion. Los ladrillos que aparecen usa-cion, distribucion y decoracion. Las iglesias dos en union con las piedras de este despiezo, son de unas dimensiones muy superiores á los empleados en nuestros dias; pues que tienen diez ó doce pulgadas de ancho, catorce ó diez y seis de largo, y una altura igual á la de las piedras que componen dicho despiezo. Usábanse ordinariamente en construcciones tales como termas, teatros, acueductos y murallas, diferenciándose con el nombre de despiezo largo el que se formaba con piedras cuya longitud era de una magnitud superior à las otras dimensiones.

Quede, pues, consignado en este lugar que la construccion revela en los edificios el esta-. do de cultura industrial de un pueblo, asi como su carácter es el mas claro espejo donde se refleja su civilizacion moral. De igual suerte puede decirse que el sistema de construccion ó despiezo de un edificio son datos suficicntes para determinar la época en que se erigió; asi como lo son tambien su disposi

Finalmente, el despiezo medio tenia lugar cuando las piedras que le constituian eran de unas dimensiones regulares, comprendidas entre las del gran despiezo y el pequeño.

Tal era, en suma, el arte de contar las piedras hasta la época de los romanos, incluyendo en este exámen todo el largo periodo de su dominacion.

Cuando una nueva era se presenta para separar la civilizacion del mundo antiguo de la del moderno, cuando tuvo lugar el cristianismo para derrocar el imperio de las ideas que por tan largo tiempo habian reinado sobre la tierra y una nueva revolucion se sucede en el órden fundamental de la sociedad, para crear nuevos principios, nueva religion, nuevas leyes y nuevas costumbres, artes y literatura; cuando las basilicas romanas, donde los jueces de aquel pueblo habian administrado justicia, sirven ya para predicar la radiante luz del Evangelio, y una época de transicion mar ca los pasos del arte y en especial de la arquitectura, aspirando esta de mitológica que antes era, á ser cristiana, entonces hubo de suceder á la construccion de las primitivas iglesias lo que al arte en general, y al despic

cristianas parecen haber adoptado desde su origen un despiezo pequeño, que no desaparece sino muy avanzado el siglo XVI. En las de transicion se ve empleado el despiezo pequeño de los romanos, pero de una manera poco uniforme. Las juntas verticales de los sillares no caen sobre la mitad del inmediato que está debajo; sino que vienen á insistir en cualquier punto con tal que no sea precisamente sobre las juntas inferiores. A este despiezo se le llama en el dia despiezo perdido, á diferencia del perfecto, que se distingue con el nombre de despiezo hecho.

Pasada la época de transicion, y cuando la arquitectura va fijándose ya un carácter peculiar, comienza el estilo llamado latino, en el que el despiezo es precisamente uno de los caractéres mas esenciales. El mas generalmente usado en ella es el pequeño despiezo de los antiguos, formado con piedras cúbicas y la silleria denominada opus incertam de que ya hemos hablado, acompañada de verdugadas de ladrillos, puestos de plano en los muros, ya para restablecer el paralelismo ó ya como medio de decoracion.

En algunos edificios de la época en que dominó este estilo de arquitectura, los ladrillos, colocados entre la piedra, insisten sobre su canto mas largo y están ordenados de la manera que el opus spicatum de los romanos. El despiezo medio se ve algunas veces en varias iglesias de Francia é Italia; pero el grande raras se encuentra adoptado en ninguna parte.

El arco de medio punto que sigue predominando en la arquitectura latina, como lo estuvo en la romana, se compone en los edificios de la primera de dovelas cuneiformes, separadas por espacios llenos de cimento, u otras

veces por ladrillos colocados entre ellas. El estradas de la archivolta, ó séase la curva que la limita por su parte superior, está la mayor parte de las veces adornada con una hilada circular de ladrillos algo mas salientes que las dovelas, pudiendo decirse que estos sirven de guarnicion à la construccion de piedra.

En los monumentos que de esta arquitectu ra nos han quedado en España, tal como sucede en muchas iglesias de Segovia, el despiezo es de piedras pequeñas, de biladas desiguales y de juntas verticales perdidas. Llega mos á los siglos XIII, XIV y XV en que el arte ojival se asienta en el suelo de la Europa, como espresion la mas genuina de sus senti

Finalmente, cuando se queria abrir en este período de la arquitectura alguna puerta cua-mientos religiosos, como resultado de la cividrangular, despezábase el dintel en dovelas, lizacion del nuevo mundo y producto de aquel asi como hasta alli ya se venia haciendo de arte que habia comenzado en las catacumbas largo tiempo, y se hacia en el muro un arco de Roma ó en las basílicas de la capital del de descarga construido de ladrillos, precau- mundo. Magnificas catedrales se levantan gicion que tuvieron los romanos aun en el caso gantescas por todas partes para adorar al Rede no tener, abierto ningun hueco en el muro. dentor de la tierra, erigidas por el fervor reliEn el siglo XI en que el arte romano ó bizan-gioso de nuestros mayores. A pesar de la tino se enseñorea de la Europa, se empleó el magnitud prodigiosa de estos elevados temgran despiezo en los paises donde las tradi-plos, á pesar de la esbeltez de sus delicadas ciones del mundo antiguo no se habian desproporciones, no se ha adoptado para llevar á arraigado fácilmente, ó donde la abundancia cabo tan colosales edificios un despiezo de de materiales les facilita tal sistema de des- grandes piedras como sucederia entre los griepiezo, pero las hiladas horizontales no son ya gos y romanos. Por el contrario, las piedras de igual altura, las juntas verticales no se de nuestras catedrales góticas son pequeñas y corresponden cayendo sobre la mitad del neto no todas las veces ajustadas á un despiezo hede las piedras inferiores, y los sillares no es- cho Cuantos arcos ojivales, cuantas bóvedas tán labrados con tanta perfeccion como los de tambien ojivales y por arista, cuantos arbotan los griegos ni romanos. El despiezo medio es tes y contrafuertes, jambas y archivoltas, piel mas universalmente usado, habiendo mu-náculos y torres, en fin, cuanto es motivo de chas iglesias donde solo aparece adoptado el la con struccion gótica tan inmensa en sus despiezo pequeño. Hácia el Oeste de Francia y magnitudes, tan variada en sus formas, tan en algunas otras partes, los muros son de pie- rica en sus ornatos, todo está erigido en dras inclinadas alternativamente hácia la de-piedras pequeñas que no pasan del despiezo recha ó hácia la izquierda en una ordenacion medio adoptado por los romanos. Innumeraparecida al opus spicatum de los antiguos. bles problemas de geometría descriptiva y de La superficie interior y esterior de los muros mecánica aplicada á las construcciones, están no presenta siempre las piedras cortadas cua- orillados con el empleo de sillares cuya masa drangularmente, sino que se las decora muchas es tan poco considerable. No es de nuestro inveces con un paramento cuyo dibujo es suma- terés manifestar en este artículo, ni tampoco mente variado; generalmente compuesto de su estension nos lo permitiria, hasta que punfiguras geométricas. to fué necesario emplear en la arquitectura gótica semejante clase de despiezo. Parece, en efecto, prudente que si en bóvedas de tal magnitud y de tan ligeras proporciones se hubiesen empleado piedras de mayor volúmen, estas hubieran contribuido con su enorme peso al pronto desquiciamiento de la fábrica, y por otro lado se advierte con dolor que la mayor parte de nuestras catedrales reclaman una pronta reparacion, como le sucede à la de Palma y otras muchas, por efecto de la demasiada ligereza de estas construcciones.

En el despiezo oblicuo, las hiladas presentan los sillares colocados de dos en dos y en sentido inverso; otras veces se compone de piedras exagonales, adheridas las unas á las otras por medio del cimento, otras de piedras pentagonales ó en forma de estrella, y otros, finalmente, de piedras triangulares y cuadradas pero de distintos colores y combinadas à la manera de las casillas de los tableros de damas. Puede decirse que el corte de las piedras destinadas á la construccion de los muros jamás fué tan variado, ni se amoldó á la decasacion tanto como en el período de la arquitectura bizantina.

por tan largo tiempo el remate de la torre, tambien posteriormente reedificado, el cual se sostiene en cuatro mayones ligeros y cons truidos con piedras cortadas á despiezo perdi

La torre de la catedral de Toledo, así como casi todo el esterior de la iglesia, fué preciso reedificarse en varias épocas, causando admiEl arco redondo siguese empleando siste-racion en nuestros dias como pudo sostenerse máticamente en esta arquitectura. Dividese como siempre en dovelas, y la mayor parte de las veces dos y aun tres sistemas de dovelas, colocadas las unas sobre las otras, sirven para determinar las archivoltas de estos arcos.do y en pequeños volúmenes. El origen de las ventanas circulares, llamadas Todo el mundo tiene conocimiento del esde ojo de buey, tiene lugar durante el estilo bi-merado estudio que los arquitectos de los eszantino, dando lugar á un nuevo despiezo y lo presados siglos hacian para llevar adelante tan mismo sucede en los arcos botantes. levantadas empresas. El sigilo, constancia,

nuestra España para la fábrica de sus edificios. Usaron con preferencia los árabes el ladrillo, en cuya elaboracion y acertado empleo hicieron muy señalados adelantos, adoptaron la mampostería y el ormigon para la construccion de las fortalezas, y el mortero y estuco de yeso para la fábrica de sus casas; pero la siIlería no tiene lugar entre ellos sino en las mezquitas, en los palacios y en otros edificios de la mayor importancia. El despiezo, que asi como su arquitectura trae su origen de la bizantina, participa de la influencia de esta. Los sillares son pequeños, las hiladas desiguales, las juntas perdidas y el labrado tosco.

perseverante aplicacion y entusiasmo con que los artistas de esta época se consagraban á cultivar todos los ramos de las ciencias auxiliares de la arquitectura, y en especial la construccion y la estereotomia ó corte de piedras; dió origen á que reunidos estos en academias secretas, constituyesen las logias de masones protegidas por los reyes de Inglaterra y otros príncipes de Europa, y que luego han venido á ser de tan noble origen, objeto de miras políticas en la revolucion de nuestros dias. En el despiezo de las bóvedas de los edificios góticos, el hierro es un auxiliar tan poderoso, que puede decirse que apenas hay alguno donde no se emplee. En efecto, fiase mas en este medio de union que en el perfecto despiezo de las piedras; pues aun á veces ni aun la forma de cunas afectan estas para la formacion de una bóveda. La piedra comunmente usada en los muros y en las grandes masas de estos edificios, es el granito y mas generalmente la Estudiando el renacimiento los antiguos piedra calcárea. Para el ornato, para el rico restos de la arquitectura griega y romana, Aligranado y la estatuaria, la piedra franca es queriendo alimentarse la arquitectura del siuniversalmente empleada en casi todas las ca- glo XVI y principios del XVII con las conceptedrales de Europa, pues siendo de una consis-ciones de aquellos antiguos pueblos, reviste tencia muy blanda cuando se saca de la cantera, se corta fácilmente, endureciéndose despues, mientras mas tiempo permanece espuesta al contacto de la atmósfera.

Ninguno de cuantos monumentos se han alzado en nuestro suelo, si bien superiores quizá en el mérito artístico al real monasterio del Escorial, podrán disputarle la gloria en lo perteneciente á lo bien estudiado y perfecto de la construccion.

sus formas que debieran permanecer cristianas, con las de los templos y edificios griegos y romanos, calca de estos sus adornos, su carácter y disposicion, y observa minuciosamenDurante el primer período del renacimien-te la manera como estaban cortadas sus pieto, esto es, en el siglo XVI, el despiezo con- | dras. El gran despiezo aparece usado de nuevo tinúa siendo con corta diferencia lo que duran- | aun en mayores volúmenes, la escuadra de los te los tres siglos anteriores. Las hiladas, si bien compuestas de sillares un tanto mayores que los de las construcciones góticas, son desiguales en altura y de juntas verticales perdidas. En todos los castillos, murallas, fortalezas, etc., y aun en los edificios civiles de los tres períodos del arte ogival y del primero del renacimiento, se verifica constantemente lo que acabamos de apuntar. El arco á dintel es despezado ó bien de una sola pieza con dos cortes inclinados, tal como se nota generalmente, ya se divide en dovelas, ó ya en fin se emplea en él el sistema llamado de monta caballo, muy ordinariamente usado en el si-numento, mas imposible aun nos parece dejar glo XVI. Consiste este en cortar las dovelas de modo que las juntas horizontales se encuentren con las normales en un ángulo diedro obtuso, colocándolas despues en conformidad tal que los ángulos salientes de las unas encajen en los entrantes de las otras.

sillares es perfecta, las juntas de toda clase de dovelas están determinadas con arreglo á los buenos principios de construccion; el despiezo en fin, llega á una altura de la que aun no ha pasado. Tal acontece con el real monasterio del Escorial, monumento debido al inmortal Herrera, que floreció á mediados del siglo XVI, y que puede considerársele como el principal genio de su siglo y á quien mas eficazmente se debió la restauracion primera del arte greco-romano. Si es imposible trazar la historia de la arquitectura española sin colocar en un lugar preferente este grandioso y sublime mo

desapercibido este edificio como modelo de buena construccion, y sobre todo de perfecto y bien premeditado despiezo. El monasterio é iglesia del Escorial son un libro abierto donde debieran estudiar asíduamente cuantos jóvenes se dedicasen al nobilísimo arte de los Berruguetes, Egas, Toledos, Herreras y Cobarrubias. Alli bóvedas de cañon seguido, rectas y en esviage, alli bóvedas de rincon de claustro, en bajada y por aristas, bóvedas esféricas, planas y baidas, arcos torales de enorme mag

En lo restante, no ofrece novedad alguna el despiezo del siglo XVI, como no sea el de las bóvedas llamadas trampas, destinadas á sostener los balcones que en este periodo en los siglos anteriores se notan en los castillos y construcciones civiles, los cuales se avan-nitud, arcos en esviage de medio punto abierzan considerablemente fuera del muro.

tos en un robusto muro, arcos adintelados, Antes de continuar manifestando las alter-pechinas, intersecciones de toda especie, lunenativas que sufre el arte de cortar las piedras hasta la época del gran Herrera, conviene decir algo acerca de los árabes. La piedra no es en verdad el material favorito de este pueblo, en 860 BIBLIOTECA POPULAR.

tas y escaleras de dificilisimo despiezo; y en
fin, cuanto constituye la difícil ciencia de la
estereotomia, todo tiene en este colosal edifi-
cio modelos muy dignos de imitarse.
T. XIII. 45

Verificada la segunda restauracion grecoromana, tornáronse á levantar edificios tales como el Palacio de Madrid, la Aduana, la Puerta de Alcalá y otros infinitos, debidos al talento de don Ventura Rodriguez Sachetti y Sabatini, los cuales en nada ceden en el despiezo de sus edificios á los mejores de su tiempo, dejando muy poco que desear á la estereotomia.

Si los estudios de Arfe y otros españoles maestros en discípulos los buenos principios no bastaran para acreditar que la descriptiva de corte de piedras que aquel admirable proera conocida en España antes que Monge y los fesor puso en aplicacion al erigir cuantos edidemas estrangeros se dedicasen á esta clase ficios se confiaron & su inmortal ingenio. de conocimientos cientificos, el monasterio del | Aparecieron despues en el terreno de las artes Escorial existiria por largas posteridades para los imitadores de Borromino y los secuaces de servir de testimonio contra cuantos pretendie- Rivera, Donoso Thomé y Churriguera, y estos, ran que la aplicacion de la descriptiva no se si bien se estraviaron hasta el estremo de dar ha conocido hasta nuestro siglo. Ciertamente en mil delirios artísticos conservaron en la maque Herrera no ha escrito ningun tratado de yor parte los buenos principios de construccórte de piedras eu el cual haya puesto de re- cion, emprendiendo á veces obras tan bien lieve magníficas é intrincadas teorias, mas o construidas que ponen de manifiesto cuán lasmenos servibles para la práctica; ciertamente timosa fué la aberracion de aquellos hombres, que no ha hecho alarde de un lujo de ciencia que á no ser por la influencia de su siglo, huacaso inútil, en un tratado de descriptiva, pero bieran sido consumados y eminentes profesores. en cambio ha construido el Escorial. Véase si aquel genio no debió ver en el espacio cuantas secciones eran menester para despezar sus bóvedas, véase si estas secciones no fueron dadas con arreglo á los principios mecánicos, y si una vez se ha equivocado, como siempre le sucede al hombre, dúdese de Herrera. ¿No tenia en su mente los elementos necesarios para ser un eminente y verdadero geometra descriptivo? ¿Qué importa, pues, que refiricse cuanto él veia en el espacio, al papel ó al plano de montea por medio de las proyecciones, de este modo ú el otro, qué importa que procediese á deducir ó no por puntos las plantillas pertenecientes á las dovelas que componen la bóveda Siendo nuestra veneracion al segundo de plana que sostiene el coro ó las correspon- estos esclarecidos profesores muy grande, no dientes á las piedras que forman la escalera | podemos dejar desapercebido sin embargo, que que sube al cimborio, ó que hiciese como di- | deseando Villanueva tal vez, que las aristas de cen el conjunto del cuerpo que queria despe- los sillares fuesen tan vivas, tan matematicazar de una materia blanda para proceder á dar-mente exactas, cuanto mas se pudiese, perdió le los cortes necesarios, trazando despues las plantillas cobre el plano de montea, segun este procedimiento y con arreglo á escala? ¿Acaso por esto no conoceria la descriptiva? ¡Ojalá que los que pretenden haberla saludado no olvidasen jamás este modo de estudiar los cortes canteriles tan conforme con el modo de ser del arte! El arquitecto debe elegir en conjunto la forma que ha de dar á las masas del edificio, despues ha de despezarlas. Conve-la niente seria que ademas de los conocimientos descriptivos que se estudian hoy dia para el despiezo, se adoptase este sistema práctico en todas las escuelas ya que en algunas se ha puesto en uso.

Don Ventura Rodriguez sobre todo, y don Juan Villanueva, fieles é inteligentes cultivadores del arte greco-romano, llevaron el despiezo y labra de los sillares y dovelas de sus edificios á la perfeccion que hoy á cada instante contemplamos.

de vista la naturaleza de nuestros materiales, sucediendo que al insistir las aristas vivas de unos sillares sobre las de los otros, se rompiesen estas, saltando en astillones el granito, de la manera que se advierte en el Museo de pinturas de esta córte.

Lo mismo acontece con el plinto de la base en las columnas del Observatorio astronomico. Las academias de San Fernando de Madrid, de San Carlos en Valencia y la de Zaragoza, han seguido esplicando desde su institucion las buenas reglas de la construccion y despiezo, hasta nuestros dias, en que la Escuela especial de arquitectura y las provinciales de las de bellas letras son las encargadas en este ministerio.

Dejando aparte esta cuestion incidental, y continuando en nuestro propósito, diremos que Varios son los autores españoles que dual impulso dado á la construccion por Herrera rante el pasado siglo se han consagrado al esy otros arquitectos de su tiempo en toda la Eu-tudio del corte de piedras, distinguiéndose enropa, débese y no á otra circunstancia, los co-tre ellos el doctor, Tomás Vicente Tosca, nocimientos que hoy tenemos en esta materia, Bais, y antes que él Francisco Lorenzo de San no siendo los tratados de corte de piedra me- Nicolás, que escribió en el siglo XVII. jor escritos otra cosa que un traslado fiel y sumamente provechoso para el arquitecto de lo que ya estaba consignado en piedra.

Habiendo llegado á reducirse el arte de la arquitectura á un estrecho límite de imitacion, merced al esclusivismo del siglo pasado, cuanA Herrera siguieron por largo tiempo sus tos recursos debia emplear la imaginacion padiscípulos, los cuales levantaron en España ra producir sublimes y fantásticas creaciones, multiplicados monumentos de aquel tan clási-empleábanse en inventar dificultades de consco carácter, heredándose por tradicion del truccion por solo la gala de vencerlas. Otras

veces queríase sorprender al espectador con cortes falsos en que las piedras parecian amenazar á su existencia, con arcos á dintel cuyas dovelas tienen las juntas verticales, cual si estuviesen pegadas al muro ó sostenidas en el aire, con ventanas abiertas en el ángulo de una fachada y otras fruslerías tan costosas al dueño de la fábrica como ofensivas al buen sentido y á los principios eternos del arte. Puede decirse que si nuestros anteriores de el pasado siglo, y que si aun nuestros contemporáneos han tachado de visionarios y mamarrachistas á sus abuelos porque cedieron al espíritu de su época, enmarañando su imaginacion en un intrincado laberinto de adornos y follages, no han sido ellos menos fecundos en producir cosas inútiles cuando por tan rigoristas se juzgaban.

no ha olvidado esta circunstancia como necesaria á todo buen constructor; el tiempo será testigo de que esta provechosa ciencia dará los mas sazonados frutos.

DESPLIEGUE. (Arte militar.) Llámase asi el arte de pasar una tropa que se halla formada en el órden profundo al órden estendido, esto es, de la columna à la batalla. Aplicase tambien esta palabra al efecto de desarrollar ó desple| gar la bandera.

El órden desplegado es uno de los dos que en general puede adoptar un ejército para el combate, y se usa mucho en ejercicios, paradas, revistas, etc. Asi es que el pase del órden de columna al de batalla, ó lo que es lo mismo, la verificacion del despliegue, es una de las cuatro grandes maniobras que únicamente calculan todas las tácticas, las cuales son: 1. el El despiezo, que es una necesidad del arte, despliegue citado: 2. el pliegue ó pase del órque es el medio mas eficaz para que este exis- den desplegado ó de batalla al de columna ú ta, no debe apartarse de los principios eternos órden profundo: 3. los cambios de frente: que para él están prefijados por la esperiencia 4. los cuadros. Los escaloues, el paso de las de todos los siglos. Un edificio debe servir para líneas, el de los desfiladeros, las contramardesempeñar el objeto á que se destina, su ca-chas, etc., etc., son maniobras elementales ó rácter se ha de desprender de esta necesidad, casos accidentales. Por lo tanto la maniobra la disposicion de sus masas, la variedad de sus del despliegue es uno de los puntos mas inteformas, la distribucion de sus espacios y muros resantes del arte militar. Asi es que todos los se originan de esa misma necesidad. Su be-antores militares, Marmont, Ternay, Unger, lleza depende de la propiedad y acertado tino; La Pierre, Rocquancourt, Richepance, Guistide la magia con que todo esto se halla dispues-niani, Flavier d' Aldeguier, Bugeaud, Rogniat, to. Nada debe haber aparentado ni fingido, na- Bismarch, Miller, Louterel y otros, se ocupan da forzado ni violento, nada sacado de su qui- con toda estension de este punto. cio ni de su natural asiento.

El despiezo debe, pues, sujetarse á estos principios y no reconocer mas ley que la de la ciencia, procurándose sacar partido de él para la ornamentacion, cuando esto no sea obstáculo contra aquella.

Esto ha sucedido en todas las épocas que ha recorrido el arte. El despiezo ha sido siempre conforme á los adelantos del pais donde se ha construido, pero sin afectacion ni violencia alguna. Por esio sirve de comprobante para estudiar el carácter de una época dada, y contribuye al mismo objeto que la arquitectura en general, esto es, á revelar la existencia de los pueblos que pasaron tal como era.

Prolijo en estremo seria el copiar ni aug estractar cuanto estos autores dicen sobre la oportunidad, conveniencia y mecanismo de los despliegues considerados en las tres armas; pero nosotros nos contentaremos para no prolongar demasiado este artículo con esponer los casos generales en que hemos dividido los despliegues, recomendando dichos autores á los que deseen mas detalles sobre esta materia.

Para reducir todos los casos de despliegue á un número fijo, creemos oportuno considerar distintamente aquellos bajo el aspecto de su frente ó direccion primero, despues con relacion à la situacion que ha de ocupar la línea desplegada, y por último, atendiendo solo al mecanismo de la maniobra. Bajo este último aspecto consideraremos como despliegues las formaciones en batalla á derecha é izquierda, las cuales, aunque no es costumbre, pue le aplicarse con propiedad la voz despliegue, puesto que ésta indica siempre el desarrollo de una columna trasformándose en una línea. Vamos, pues, á esponer dicha division general, á la que dará cada uno el valor que le parezca.

Háse comprendido en este siglo el estudio del corte de piedras en una de las aplicaciones de la descriptiva, y este ha sido uno de los mayores progresos del arte de construir. Con el auxilio de esta ciencia puédese despezar exac-á tamente toda clase de bóvedas que imaginarse puedan, y determinar sus plantillas. Redúcese á un sistema de seccion cuya representacion en el papel, cuya proyeccion en los planos descriptivos es conocida por las investigaciones de esta ciencia.

Le Roy, Ademar, Olivier y otros muchos estrangeros y nacionales que se han ocupado en esta materia, nada dejan que desear para el ingeniero y el arquitecto.

Firmemente persuadido nuestro gobierno de esta verdad, al crear las escuelas especiales,

Bajo el aspecto del nuevo frente ó de la direccion que se quiera dar á la línea de batalla, son cinco los casos generales que preveemos, á saber: 1. el despliegue en batalla á su frente: 2. el despliegue en batalla con el frente á retaguardia: 3. la formacion à la derecha en batalla ó despliegue á la derecha: 4.o id. à la

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