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tro, el alcómetro, el estracto de leche, el asfalto, el papel continuo, la pólvora de algodon, el telégrafo eléctrico, y la misma electricidad ensayada como fuerza motora en las máquinas, y los caloriferos para repartir convenientemente el calor en todas las habitaciones de una casa; tales son los descubrimientos de que puede gloriarse la primera mitad del siglo XIX.

Fuente Castellana pertenecen tambien á este siglo.

Debemos consignar igualmente la admirable recomposicion del puente de Almaráz, llevado á cabo por un jesuita español.

Capmani: Cuestiones criticas.
Cladera: Investigaciones históricas.
Viages de Cook de Kotzebue.

Inventions de texto, Paris, 1837.

Sinopsis de la Historia de España y de la genera! de los conocimientos humanos, por Corona Bustamante. (Inedita.)

DESCUBRIMIENTOS. (Marina.) Dase esencialmente este nombre á la parte de continente ó á las islas que por primera vez se descubren en los viages y escursiones maritimas, cuya posicion en el globo se establece astronómica

En la actualidad, la facultad de medicina de París se ocupa con gran ardor en resucitar un invento antiguo, funesto á la humanidad en cuantas esperiencias de él se hicieron, y que fué prohibido justamente bajo las penas mas severas, tanto por esta causa, cuanto por el comercio inmoral que introdujo. Hablamos de la transfusion de la sangre, como medio de introducir en un cuerpo ya gastado ó debilitado por las dolencias ó la vejez una nueva savia mas sana y vigorosa. Al principio se ha-y geográficamente para conocimiento de los cia esta operacion con la sangre de un animal navegantes, y como una nueva adquisicion pay despues se practicó ya de hombre á hombre, ra la ciencia. Los descubrimientos que en los echando mano de una persona jóven y robus- tiempos remotos pudieron verificarse por esta, que por su estado de pobreza, se sometia á ploraciones hechas exprofeso, ó por efecto de prestar á otro por una cantidad de dinero, par-la casualidad, careciendo del grado de certeza te de su sangre. Como hemos dicho, los resultados de todas estas esperiencias fueron funestos y se necesitó toda la vigilancia y rigor de la ley, para hacer que se desistiera de ello. Aunque á los ojos de la ciencia, todo merece interés siquier presente dudosa ó lejana prora, babilidad en favor de sus conocimientos, no nos parece conveniente ni digno de la ilustracion del siglo XIX, el querer resucitar una utopia que a nuestro modo de ver, lo diremos francamente, tiene todos los visos de insensata. Este esperimento nos parece una reminiscencia de las ridículas investigaciones de la edad media, para buscar el elixir de vida compañero inseparable de la piedra filosofal.

que exige el criterio histórico, no pueden ser admitidos como tales; y sabemos por otra parte, que los pueblos marítimos que florecieron antes de la edad media, cuya atencion se contraía particularmente al comercio ó á la guersolo ocurrian en sus espediciones å las exigencias de estos grandes objetos, contentándose con adquirir cierto grado de poder, sin pensar jamás en hacer descubrimientos.

Los escritores que pretenden atribuir á algunos pueblos septentrionales de Europa el honor del primer descubrimiento de la América, carecen de pruebas que lo justifiquen, presentando tan solo en apoyo de su aserto algu nos fracmentos oscuros de viejos manuscritos, Con respecto á instituciones y estableci- de los cuales viene à deducirse que ciertos namientos útiles, podemos citar: la institucion vegantes ó pescadores escandinavos, estraviade la órden de San Fernando, en 1811: la de dos en su derrota ó impelidos de la tempestad, San Hermenegildo en 1814, y la de Isabel la habian arribado á una costa desconocida, que Católica en 1815. En 1824 la guardia real de en tiempos muy posteriores ha podido avericaballería; el establecimiento del Conservato- guarse que correspondia á la parte septentriorio de Artes, en el mismo año; el de música de nal del continente americano. Ademas, los trasMaría Cristina en 1830; el de la bolsa de Comer-tornos politicos sobrevenidos despues del sicio en 1831; el de la escuela provisional para glo XIII en aquellas regiones, pusieron un térla enseñanza de los ciegos en 1835; y última-mino á las aventuradas escursiones de sus mamente la escuela de ingenieros de montes y plantios, y la especial de arquitectura. El Colegio de Sordo-mudos habia sido creado en 1802.

Se han planteado ademas varias sociedades de seguros, contra incendios, de seguros mútuos, etc.

El cuartel de Inválidos, de Atocha, la puerta de Toledo, la universidad central, la Facultad de Medicina, el colegio de Farmacia, el teatro de Oriente, el del Circo, Variedades é Insfituto, el palacio del Congreso, el hospital de dementes de Leganes, el canal de Castilla, los jardines de la plaza de Oriente, el arbolado de los alrededores de Madrid, y el paseo de la

rinos; y los descubrimientos que ahora se les atribuyen, no debieron parecer tales, ó carecian de la importancia que se les supone, pues que verdaderos ó supuestos, fueron desde luego olvidados ó perdidos.

Pero no es difícil comprender que los sábios estrangeros que tanto valor se empeñan en dar á tales hechos, á pesar de su escaso interés para la ciencia y la historia, proceden, acaso sin advertirlo, mas bien llevados de ese antiguo espíritu de emulacion que propende á menoscabar las glorias de nuestros antiguos marinos, que guiados por Colon fueron los verdaderos descubridores del Nuevo Mundo, que de la importancia que pueda tener para ellos

mismos, el pobre resultado de sus penosas elucubraciones geográficas. Fácil nos seria, si lo creyésemos oportuno, contraponer á estos relatos el testimonio de respetables autores, que fundándose en noticias de mayor peso y solidez, nos refieren que los marinos gaditanos, discipulos de los fenicios y como ellos osados navegantes, impulsados de su arrojo y aficion á los viages y descubrimientos, despues de haber prolongado sus escursiones por las cosfas occidentales del Africa, ya fuese por efecto de una temeraria tentativa, confiados en el conocimiento que se cree tenian de la virtud magnética y su aplicacion à la navegacion, ó por efecto de una forzada correría por el Océa no, llegaron á descubrir las Indias Occidentales 2342 años antes del de 1492 de la cra vulgar en que Colou descubrió la América.

No es, pues, de tiempos tan oscuros de donde el historiador debe tomar su punto de partida para la fiel y exacta enumeracion de los principales descubrimientos; que datan verdaderamente desde la época en que, perfeccionada la ciencia náutica por la aplicacion de la brújula á la práctica de la navegacion, surcó el hombre por la vez primera los misteriosos espacios del Océano.

descubrimientos llevados á cabo por los españoles, á quienes mas tarde imitaron otras naciones; y una vez franqueadas las sendas del Océano y descubierto el resto del mundo, cuya esfericidad constató el primero el español Sebastian de Elcano (véase CIRCUNNAVIGACION), poco les quedó que hacer á los posteriores esploradores de Europa.

No niegan nuestros émulos estos hechos; pero al calificar su valor é importancia, se descubre fácilmente, al través de frases pomposas y sentimentales en que se invocan los derechos de la humanidad, un sentimiento apasionado que les hace incurrir en graves errores, llevándolos à deducciones contrarias à la verdad histórica y ofensivas á nuestra nacion. Sensible nos es encontrar entre estos escritores algunos, que a pesar de su escelente juicio literario, han adoptado con estraña lijereza las opiniones de aquellos que antes de ahora y aun en los dias de nuestra decadencia no nos perdonan nuestra pasada grandeza, ni aquel supremo poder y ascendiente que ejerció nues.. tra nacion sobre todas las de Europa. Los últimos escritores repiten con igual impremeditacion lo que dijeron los primeros en los tiempos en que podia hacerles sombra este poder, Admitiendo desde luego con entera fé lo pro-reproduciendo los pulverizados argumentos y videncial del mayor de los descubrimientos, y vulgaridades de los Raynals, los Robertson y el mas influyente en la suerte de la humani- los Bossi. dad y el porvenir de la civilizacion, y tam- Uno de estos escritores, notable por su combien como razonable la opinion singular de petencia en cosas maritimas y su elevado esciertos críticos que, procurando amenguar por tilo, Mr. de Montferrier, en un escelente artodos los medios que les sugiere un celo no tículo sobre la misma materia que nos ocupa, tan religioso lo admirable y estupendo de despues de insistir incisivamente sobre las estúaquel suceso, sostienen que no debe atri- pidas preocupaciones que se oponian en Espabuirse únicamente á las inspiraciones del ge-ña á las nobles convicciones del ilustre navenio aquella heróica empresa, pues sus ejecutores, dicen, no hacian mas que realizar las mas antiguas esperanzas del género humano, y justificar sus altos presentimientos; apreciando en lo que vale el juicio de otro crítico, que disintiendo asimismo de los que ven. algo de maravilloso en la empresa de Colon, no considera en este grande hombre mas que un hábil y resuelto navegante (1), todavía será cier-ria, y aquella grande y aventurada espedicion to, á despecho de esta critica tan poco razonable y equitativa, que fueron los españoles con su ilustre caudillo, los que elegidos para realizar aquella mision providencial y la instintiva espectacion del género humano, alcanzaron las primicias del descubrimiento y conquista del Nuevo Mundo.

gante genovés (1), tratando de atenuar ó cohonestar la repulsa que éste recibió de la Francia despues de haber propuesto en vano sus ideas en las cortes de Portugal é Inglaterra, niega, contra el testimonio de varios biógrafos, que aquel hubiese hecho proposiciones directas á Carlos VIII, reinante á la sazon; «porque este jóven y heróico principe, dice, amaba la glo

hubiera sonreido maravillosamente al espíritu caballeresco de la nacion valerosa que gobernaba.....» «El descubrimiento del Nuevo Mundo, añade modestamente, hubiera tenido en manos de los franceses incalculables resultados para los progresos de las ciencias y la civilizacion. >>

De la península ibérica partieron los dos Se necesita toda la ceguedad del amor patrio hombres estraordinarios á cuyo genio, pro- mas exaltado para presentar con este aplomo fundo saber y resolucion, se deben los mas aserciones tan falsas como absolutas. ¿Se ha notables acontecimientos en la historia de la detenido el autor, por ventura, á hacer el denavegacion. Vasco de Gama doblaba gloriosa-bido exámen y comparacion del estado de culmente el cabo de Buena Esperanza á los cinco años (en el de 1497) de haberse verificado la espedicion de Colon. Siguiéronse multitud de

tura de nuestra nacion con la suya en la época á que se refiere, antes de sentar una opinion tan terminante? Precisamente las circunstan

(1) Magasin Pilloresque, tomo III, pág. 298, (1) Dict. universel el raisonée de Marine; Pa(1835.) ris, 1846.

cias en que se hallaba la Francia eran las me-nocia de España mas libro que el Quijote, ni nos adecuadas para el objeto; porque, ¿cómo habia consultado otras noticias, que el viejo repodria el monarca francés, cuyas buenas pren-pertorio de vulgaridades é hipócritas declamadas no negaremos, adolescente aun y compro-ciones dirigidas en todo tiempo contra nuestra metido en guerras sugeridas por una ambicion nacion, por su antigua y envidiada prepotenilegítima, en disidencia con el gefe supremo de cia. Muy seguro se necesita estar de la credula iglesia, á quien destronó con sus armas, ocu-lidad del público á quien se refieren tales copado en hacer valer con ellas sus infundados sas, y mas aun del silencio de la nacion ofenderechos á la corona de Nápoles, teniendo con-dida, para añadir seguidamente: «que desde sumidas las fuerzas del reino ya trabajado por aquella época dan tentaciones de creer que los disensiones intestinas, cómo podria, decimos, navegantes de la península ibérica, fatigados competir con la escelsa Isabel de Castilla, de y satisfechos de sus gigantescos trabajos se quien se ha dicho con razon que en aquella han dicho a sí mismos, que habian ya hecho época marchaba al frente de la civilizacion bastante, dejando á las demas naciones marieuropea, y que justificaba este concepto com- timas el hacer lo demas.....» «Desde entonprendiendo el valor de las sabias conjeturas y ces, prosigue nuestro crítico, los ingleses, los proyectos de Colon? franceses (1), son los navegantes que se han disputado el honor de seguir las huellas de los españoles y portugueses: tan audaces como ellos pero mas sábios, mas filantropos y me

único fin el progreso de las ciencias, la propagacion de las luces y la felicidad de los hombres. Todos los bellos nombres que se unen á estos sublimes propósitos de una filosofía racional, no declinan gloria alguna en la historia de los descubrimientos. Anson, Drake, Lemaire, Byron, Cook, Furneaux, Bougainville, Kerguelen, La Perouse, de Langle, d' Entrecasteaux, Baudin, están inscritos sobre 193 promontorios, en los limites mas remotos del mundo habitable.. ..»

Si en vez de dejarse llevar de prevenciones tan ligeras hubiese acudido el estimable escritor á que aludimos á las verdaderas fuentes de la historia, sabria que lejos de existir esas estúpi-nos interesados, sus esfuerzos han tenido por pidas preocupaciones de que infundadamente Los acusa, sábios españoles, cutre ellos el profundo cosmógrafo Marchena, á quien Colon consultó su sistema del mundo y sus proyectos, comprendieron la solidez de sus raciocinios y participaron de su seguridad, que les fué fácil trasmitir á Isabel y Fernando, disponiendo propiciamente sus ánimos para aquella grande empresa; y que en aquellos momentos, cuando la guerra (no una guerra injusta ni sugerida por la ambicion, sino muy santa y legítima) habia apurado todos los recursos, aquella reina magnánima de una nacion famosa entre todas por su bizarria y espiritu caballeresco, se desprendió de sus joyas é inauguró en el Real de Santa Fé, y á vista de las recien derrocadas lunas del Alhambra, el admirable episodio del descubrimiento y conquista del Nuevo Mundo.

Mucho admiramos la modestia que sobresale en esta distribucion de gloria, pura, y exenta de la codicia, la crueldad y otros villanos motivos, que á juicio del autor fueron los principales móviles de los españoles y portugueses para sus descubrimientos y conquistas; y no es menor nuestra admiracion por la exactitud his

¿Y qué diremos de otro escritor de la mis-tórica en la mencion que hace de los posteriores ma nacion, no menos ilustrado, y cuya inteli- navegantes dignos de celebridad, y las virtudes gencia y esfuerzos para hacer aceptables y po- morales con que á todos los adorna, en el pulares en Francia las ideas y cosas de la ma- trozo profundamente humanitario que acabarina sinceramente alabamos (1), que recono-mos de trascribir. Podríamos pasar por alto en ciendo que «los españoles y portugueses fueron los primeros y mas fervorosos entre los navegantes de los tiempos modernos á arrojarse en la carrera de los descubrimientos maritimos,» pesaroso á lo que parece de este juicio favora- | ble, añade como un correctivo á sus elogios, que no se sabe decir si este ardor les fué inspirado por una verdadera filosofia y el amor de las ciencias, ó mas bien por el vértigo de las aventuras arriesgadas ó novelescas, tan natural en estos dos pueblos los mas aficionados á los portentos de la andante caballeria; y, sobre todo, por la ambicion de las riquezas en una época en que ellas comenzaban á ser materialmente una necesidad general?

Se vé bien que el autor á que nos referimos, como la mayor parte de los de su pais, no co

la reseña de estos nombres ilustres la notable omision del de Malaspina, cuyo viage de circunnavigacion hace tanto honor á este y demas marinos españoles que tan gloriosamente lo efectuaron, como al gobierno que lo ordenó, por las miras interesantes y beneficiosas para las ciencias, el comercio y la navegacion que se propuso, y el brillante resultado que coronó sus esfuerzos; pues estamos acostumbrados á que los escritores franceses no se curen de indagar lo que honrosamente nos concierne y pertenece; pero, ¿con qué razon ni fundamento asocia á nombres tan ilustres el corsario Drake, únicamente célebre por su codicia, su crueldad y sus piráticas correrias.

(1) Remitimos aqui al lector á la noticia cronologica de los mas notables descubrimientos marítimos, que damos en seguida de este articulo, y al de CIR(4) Mr. Jules Lecomte: Dict. Pittoresque de Mari-CUNNAVIGACION, que publicamos en el tomo VIII de ne, art. Decouverte.

la Enciclopedia.

por el Océano? (Véase CIRCUNNAVIGACION, 10mo VIII pág. 728).

No acabaríamos si hubiésemos de contestar debidamente á las contínuas y gratuitas ofensas hechas al honor español, á la multitud de inexactitudes y errores contra la verdad histórica en que incurren la mayor parte de los escritores estrangeros que se ocupan de nuestros hechos navales y militares, desde la época del descubrimiento y conquista de América, y que se reproducen bajo mil formas, á favor de nuestro incalificable silencio. Habremos de remitirlos, por última contestacion, al eminente escritor don Martin Fernandez de Navarrete, cuyo buen juicio crítico y autoridad son acatados en todo el mundo sábio; quien, en la Introduccion à la Coleccion de viages y descubrimientos que hicieron por mar los españoles desde fines del siglo XV (1), haciéndose cargo de tales errores é imputaciones, les impugna victoriosamente, demostrando, contra la acusacion de falta de humanidad y abuso de las leyes de la guerra que se hace á los españoles durante aquella conquista, por una comparacion de su conducta con la observada posteriormente por los conquistadores y colonizadores de otras naciones que se reputan á sí mismas las primeras en cultura y sentimientos filantrópicos, que no son aquellos los que verdaderamente merecen el dictado de crueles é inhumanos.

Y por lo que respecta á la precedencia, valor, fecha y número de nuestros descubrimientos y espediciones marítimas, creemos lo mas concluyente presentar en esta Enciclopedia (destinada, no menos á consignar el estado de nuestros conocimientos en todos los ramos del saber, que á vindicar el nombre español contra injustos juicios y agresiones), una relacion en órden cronológico, forma la sobre documentos fidedignos de los principales viages y descubrimientos hechos por los navegantes de todas las naciones europeas, à fin de que con un simple cotejo ó inspecrion pueda conocerse la ventaja que siempre llevaron los marinos españoles sobre todos los demas del mundo; en el concepto de que solo damos cabida en este repertorio á hechos que gozan de una autoridad notoria é incontestable.

Noticia cronológica de los principales y mas conocidos viages y descubrimientos hechos por mar, antes y despues de Jesucristo, hasta el siglo XVIII.

ANTES DE JESUCRISTO.

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1491.

1015.

487.

327.

259.

31.

84.

pero la muerte le impedió llevarlo á cabo, habiendo navegado hacia el rio Indo y derrotado á Stratóbates, rey de aquella region.

Sesostris llevó á las Indias sus naves y armas victoriosas.

Salomon mandaba á las mismas sus flotas para hacer el comercio.

Dario, hijo de Hystaspes, conquista las Indias é impone á los reyes vencidos un tributo de 2,000 talentos por año; pero no pasa del Indo.

Lleva Alejandro sus conquistas hasta el Hydaspe, é impone tributo á aquellos reyes, sobre los cuales establece à Porus como suprema autoridad en su nombre.

Comercio de los antiguos.

Envia Ptolomeo Filadelfio á Megasthenes y Dionisio, para adquirir noticias del pais y de los pueblos del Oriente, y estos le hacen una relacion llena de maravillas, fabulosas la mayor parte. Para favorecer el comercio de Egipto, hace edificar este príncipe la ciudad de Berenice, sobre la costa occidental del mar Rojo, aunque los buques fondearon luego en el puerto de Myos-Hormos, desde el cual hizo abrir un canal para trasportar las mercaderías hasta Coptos sobre el Nilo, un poco mas abajo de Tebas; y desde Coptos eran llevadas por el Nilo á Alejandría, emporio entonces del comercio de las Indias. Cuando salian del Mar Rojo, los buques fondeaban en un puerto de la Arabia junto al cabo Fartak, de alli pasaban á Patolo, sobre una de las embocaduras del Indo ó á la isla de Trapobana, conocida hoy por Ceylan.

Este comercio pasó á los romanos, cuando el Egipto llegó á ser por la conquista una de sus provincias, el cual fomentaron sobremanera, importando toda clase de productos, á escepcion del hierro, pues estaba prohibido por las leyes. Como los romanos no permitian á ningun estrangero la entrada en el mar Rojo, aquellos que querian hacer este comercio, se veian obligados á pasar por el Ponto Euxino, el mar Caspio y las riberas que vienen del E. y del 0. de estos mares.

En el Derecho Romano: Dijest. 9, tit. 4. de publicanis et vectigalibus, species pertinentes advertigal, Cinnan momun Piper albun, etc., se halla una enumeraçion de las mercaderías que esportaban los romanos.

Apolonio de Tyanea, filósofo pitagórico de Capadocia que vivió bajo 32

T. XIII.

1345.

1369.

1393.

1402

1418.

1419.

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1484. 1486.

Plinio el Antiguo, que escribia bajo Vespasiano (74 antes de J. C.), refiere en su Historia natural, libro 2.", capitulo 67, diferentes ensayos de navegacion hechos al Norte de Cádiz, sobre las costas de Europa, y al Sur de la misma ciudad, sobre la de Africa, asi para espediciones militares, como con miras de comercio. El de los romanos con las Indias duró hasta el 1492. siglo V ó VI, en cuya época fué interrumpido por las incursiones de los bárbaros en el imperio.

DESPUES DE JESUCRISTO.

(ESPAÑOLES.) Algunos navegantes españoles, bajo el mando de don Luis de la Cerda, descubren las islas Canarias, reinando Alfonso XI.

El rey de Chipre, auxiliado por algunas embarcaciones catalanas, atacó y tomó la ciudad de Alejandría en Egipto.

Varios andaluces, vizcainos y guipuzcoanos se asociaron en Sevilla, y 1493. con permiso del rey don Enrique III, aprestaron una escuadra de cinco navios, con que reconocieron una parte de la costa de Africa y las Canarias, posesionándose de la isla de Lanzarote.

Juan de Betancour, con juramento y vasallage que hizo al mismo rey don Enrique III, y posteriormente á don Juan II y á la reina doña Catalina, su madre y tutora, y con los auxilios y gente que le facilitaron, conquistó las Canarias, desde donde mandó recorrer las costas del Africa hasta el rio del Oro.

(PORTUGUESES.) La isla de PortoSanto, que dista de la costa occidental del Africa 140 leguas, es descubierta por los portugeses Tristan Vaz y Gonzalez Zarco.

1497.

1497.

Los mismos, guiados por el piloto español Juan de Morales, natural de 1498. Sevilla, descubren la isla de La Madera.

Algunos navegantes de esta nacion doblan el Cabo Bojador.

1435.

1440.

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(GENOVESES.) Antonio Nolli descubre las islas de Cabo Verde.

(PORTUGUESES.) La costa de Guinea por Juan de Santaren y Pedro Escobar. Parece que los franceses habian - ya visitado aquellas costas.

El Congo, por Diego Cam. Bartolomé y Pedro Diaz descubren bajo el reinado de don Juan II, el cabo de las Tormentas, llamado despues de Buena Esperanza.

(ESPAÑOLES.) Cristóbal Colon, saliendo de Palos por órden y á espensas de los reyes Católicos, con tres carabelas, tocó en las Canarias y dėзcubrió la isla de San Salvador, una de las Lucayas ó de las Turcas, y otras varias de aquel archipiélago, aportando luego á la isla de Cuba, cuya costa septentrional reconoció hasta mas allá de las Nuevitas del Principe, atravesando en igual direccion la isla Española, y examinando muchos de sus puertos. Regresó á Lisboa, tomando su derrota hasta reconocer las islas Terceras, y llegó á los siete meses de su salida.

El mismo Colon salió de Cádiz y descubrió muchas de las islas Antillas, especialmente la Dominica, Guadalupe, Marigalante, San Martin, Santa Cruz, Jamaica y Puerto-Rico: reconoció de nuevo la costa Norte de Santo Domingo, y gran parte de la meridional de Cuba.

(PORTUGUESES.) Bajo el reinado de don Manuel, rey de Portugal, dobló Vasco de Gama, el Cabo de Buena Esperanza y el Cabo de Corrientes.

(INGLESES.) En el mismo año Juan y Sebastian Cabot ó Caboto, padre é hijo, enviados por Enrique VII, rey de Inglaterra, descubren á Terranova. Otros atribuyen este descubrimiento ȧ los venecianos.

(PORTUGUESES.) Vasco de Gama toma puerto en Mozambique, Quiloa, Mombaze, Melinda, Guzarate, etc., y descubre las islas Angedivas.

(ESPAÑOLES.) Emprendió tercer viage el almirante Colon saliendo de Sanlucar, y tocando en las islas Canarias y de Cabo Verde, recaló á la isla de la Trinidad, reconoció el golfo de Paria y el Nuevo Continente por la primera vez; salió por las Bocas del Drago y vió la isla de la Margarita, navegan

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