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la Instituta debiera dividirse en tres libros solamente, porque otros tantos son los objetos del derecho; que en el Digesto quedan todavía pasajes en que se echan de ver las disensiones de los antiguos jurisconsultos; y algunos han avanzado hasta el estremo de acusar á Triboniano de infidelidad, pretendiendo que vendia la justicia, y la acomodaba á los intereses de sus amigos. Otros no les encuentran ni la mas leve sombra que las haga desmerecer: tratan de refutar las objeciones anteriores entre muchas otras, y les rinden desmesurados elogios, que pudieran llamarse mejor adoraciones. Pero sin duda ni unos ni otros se acercan á la imparcialidad. Es constante y no puede dudarse, que adolecen de faltas, como cualquiera obra salida de las manos de los hombres: prueba de ello, las muchas antinomias, tautologias ó contradicciones, que no sin poca frecuencia se encuentran en una misma parte del Cuerpo del derecho: prueba de ello la sola circunstancia de ser una compilacion de cincuenta libros, estraida de mas de dos mil volúmenes, ó de

mas de trescientos mil versos, en el corto intervalo de tres años; ¡y esto por hombres precisamente, cuya miserable condicion los condena á incurrir en cien errores! Mas

á pesar de todos estos defectos que empañan un tanto su esplendor, no puede tampoco dejarse de conocer que Justiniano coronó una obra, que lo hará inmortal en la historia de la legislacion: una obra que despertó al derecho del letargo en que yacia adormecido; y una obra, que por el séquito y preponderancia que ha ejercido en la Europa por tantos siglos, y la parte que ha tenido en la formacion de muchos códigos, le da con fundamento el glorioso título de legislador de las naciones.

NOTAS.

1 Ántes se llamó Uprauda. Tan baja era su descendencia, que su tio Justino no fué mas que pastor de cerdos; pero por sus virtudes ascendió al imperio, se asoció luego á su sobrino Justiniano, á quien antes habia dedicado á la milicia, y le dejó últimamente con todo el mando, segun se ha visto en el testo.

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2 Ni pudo Ciceron, ni Pompeyo: la muerte no se lo dejó hacer á César en su dictadura perpetua. Por esto se gloría Justiniano en el prólogo del Digesto, de haber acabado una obra, que nadie antes de él habia esperado concluir, ni creido ser posible al ingenio humano. César la hubiera escrito con mas elegancia y precision en el estilo, porque en Justiniano se notan algunos defectos de lenguaje, propios de la bar barie que estendia sus ramas por el imperio del oriente; pero como que ni hubiera podido abrazar tanto, ni constaran los escritos de los célebres jurisconsultos que florecieron despues de

su tiempo, no hubiera prestado un servicio tan importante á la legislacion.

3 Aunque gentil segun algunos. Tomasio dice de él: homo vanissimus et avarissimus, et minime omnium eruditus. Sin embargo en las notas se añade: Vis ejus ingenii portenti instar habenda est, eo quod in paucis erraverit, in pluribus exceluerit. Cuyacio y otros han hecho tambien justicia á los talentos y asiduidad de Triboniano. La simple narracion de los trabajos que se tomó en la formacion del Cuerpo del derecho constituyen por cierto su mejor elogio; puesto que segun dice D' Alambert en el Análisis del espíritu de las leyes de Montesquieu, todo el panegírico que puede hacerse de un hombre grande consiste en la esposicion de los frutos de sus tareas.

4 Tambien dispuso que las leyes se escribiesen íntegras, sin ningun género de abreviaturas; prohibió á los jurisconsultos la formacion de comentarios sobre el Digesto, con el fin de evitar que cayese el derecho en la misma decadencia en que habia estado hasta entónces; y solo les permitió que pudiesen publicar paratitlas ó compendios de este código, como que servirian para reducirle todavía mas, lejos de aumentar su confusion.

5 Justiniano habla del Digesto como de una obra que no esperaba ver acabada antes de diez

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