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los éthicos, él las practicaba sin hipocresia, sin afectacion ni soberbia. Los niños corrian á buscarle, cuando le veian de lejos; le rodeaban y acariciaban como á un amigo de toda su confianza; y en efecto, la merecia. Honor á la sencilla virtud; que de esto hay poco.

(20); Oh, cuánto padece de afanes cercada. Hay críticos que desaprueban sin distincion toda obra poética de asunto sagrado, suponiendo que nuestra religion no presta materia al canto, y que su austeridad no consiente las flores de Helicona. El que no trate de reducir a formas poéticas las cuestiones de la teología, no dejará de hallar, si sabe buscarlos como otros lo han hecho, argumentos sagrados, no indignos de la lira, de la epopeya ó del coturno trágico. Los hebreos nos ofrecen abundante materia para la poesia. La creación, el paraiso, el diluvio, los amores de Jacob, la interesante historia de Josef, la fuga de los hijos de Israel, retirandose el mar para facilitarla, y hundiendo en sus abismos al ejército de Faraon; Josué, dilatando el dia para dar término à su victoria; David, aplacando al son de las cuerdas al feroz Saul; Jezabel despedazada, la soberbia Atalla, la humilde Estér, el paciente Job. Los que no hallen modelos poéticos en tales historias, no los busquen mejores en todas las fábulas del paganismo.

No son abundantes los que ofrece la ley de gracia, cuyos misterios, donde son meramente dogmáticos, nada prestan á la composicion; pero en los que son históricos no sucede lo mismo. La Anunciacion, el Nacimiento de Jesucristo, la Descension al Limbo, la Ascension, el Juicio final, bien pueden escitar la imaginacion del poeta. Bien pueden mover su sensibilidad los incidentes de mayor interés, que elevan à un alto grado de heroismo la constancia maravillosa de muchos mártires. El infierno, y el sarafin rebelde, que amenaza en su desesperacion la ruina del hombre; los tormentos que alli padecen los que menosprecian en el mundo las leyes eternas de la justicia y la virtud, presentan

objetos terribles, que han sido ya digna materia para el Dante, para e Tasso y Milton. El cielo, morada de los justos, descanso de tanto afan premio del inocente, del oprimido, del humilde; la presencia de 日 fable Númen; los ángeles, ministros suyos, que le adoran y le beun cen, muchas imágenes ofrecen al estro poëtico. Una mujer, la mas ji fecta de las criaturas, la mas inmediata al trono de Dios, medianera et tre él y la naturaleza humana; madre amorosa, amparo y esperazi nuestra, qué objeto se hallará mas digno de la lira y el cant.' La Grecia, demasiado sensual en sus ficciones halaguenɔ̃s, no supa ventar deidad tan poderosa, tan bella, tan pura, tan merecedora de 'a reverencia y el amor de los hombres.

Cierto es que, prescindiendo de algunas pocas composiciones sagradas, obra de nuestros mejores poetas, son las demás lan delectanas tan pueriles, tan chabacanas y ridiculas, que no parece sino que i autores se propusieron escarnecer lo mas respetable de nuestra cTC. Dcia. Pero no tue su intencion el origen de tanto yerro; fue su ignorancia no eligieron bien su argumento, no acertaron á desempeñare o él no se prestaba á las formas poéticas, ó ellos eran poetas in pis« §. de cuyo talento nada podia esperarse que no fuese absurdo.

Lo peor es, que esta clase de obras, no solo ha entretenido la 6sidad del vulgo en las plazas y callejuelas, sino que auxiliado de la música, ha resonado en nuestros templos, introduciendo en el uza culpable profanacion. Véanse las colecciones de motetes y villate cos cantados de muchos años á esta parte en las principales iglesias de le paña, y diga el que lo alcance cómo ha podido sufrir el clero las r gido censor de las libertades del teatro) lo que se ha cautada y se canta delante de los altares, interrumpiendo con episodios tan indecentes ! groseros la religiosa pompa de sus misterios y sacrificios.

AUTO DE FE

CELEBRADO EN LA CIUDAD DE LOGROÑO,

EN LOS DIAS 6 Y 7 DE NOVIEMBRE DE 1610.

Relacion de las personas que salieron al Auto de la Fe que los señores don Alonso Becerra Holguin, del hábito de Alcántara, licenciado Juan Valle Alvarado, y licenciado Alonso de Salazar y Frias, inquisidores apostólicos del reino de Navarra y su distrito, celebraron en la ciudad de Logroño en 7 y 8 dias del mes de noviembre de 1610 años, y de las cosas y delitos por que fueron castigadas.

APROBACION.

Por comision del señor doctor Vergara de Porres, chantre y catedrático de la colegial de la vindad de Logroño, vicario por el señor obispo de Calahorra: yo fray Gaspar de Palencia, guardián del convento de San Francisco de la dicha ciudad de Logroño, y consultor del santo oficio, ví y examiné una relacion de los procesos y sentencias que se relataron en el Auto que celebraron los señores inquisidores en la dicha ciudad en 7 y 8 dias del mes de noviembre de 1610 años, y hallo ser toda muy conforme a lo que se relató en dicho Auto, y ninguna cosa de la dicha sumaría relacion es contra nuestra santa fe católica y buenas costumbres cristianas; antes muy verdadera, y necesario que venga á noticia de todos los fieles para desengaño de los engaños de Satanás. Fecha en San Francisco de Logroño en 6 de enero de 1611.- Fray Gaspar de Palencia.

LICENCIA,

Nos el doctor Vergara de Porres, chantre y canónigo de la colegial de Nuestra Señora de la Redonda de esta ciudad de Logroño, y vicario en todo este arciprestazgo de la dicha ciudad por don Pedro Manso, obispo de Calahorra y la Calzada, del consejo del rey nuestro señor etc. Por las presentes y su tenor damos licencia (1) à Juan de Mongaston, impresor, vecino de esta dicha ciudad, para que pueda imprimir esta sumaria relacion del Auto de Fe que se ha celebrado en esta dicha ciudad en 7 y 8 dias del mes de noviembre del año de 1610, sin incurrir en pena ni censura alguna; atento à no haber en ella cosa contra nuestra santa fe católica y buenas costumbres.

Dada en Logroño, à 7 de enero de 1611 años. El doctor Vergara de Porres. Por su mandado, Cristóbal de Enciso, notario.

JUAN DE MONGASTON (2), IMPRESOR, AL LECTOR.

Esta relacion ha llegado á mis manos, y por ser tan sustancial, y que en breves razones comprende con gran verdad y puntualidad los puntos y cosas mas esenciales que se refirieron en las sentencias de los recon. ciliados y condenados por la demoniaca seta de los brujos, he querido imprimirla, para que todos en general y en particular puedan tener noticia de las grandes maldades que se cometen en ella, y les sirva de advertencia para el cuidado con que todo cristiano ha de velar sobre su casa y familia.

(1) Fray Gaspar de Palencia, guardián del convento de San Francisco de Logroño, tuvo el honor de llevar la Cruz verde y asistir al auto como calificador del santo oficio, y asegura que esta relacion es toda muy conforme à los procesos y sentencias que se relataron en el dicho auto, y muy verdadera. El doctor Vergara de Porres, chantre y canónigo de la colegial, y vicario del arciprestazgo, que asistió también á la funcion, y concluida que fué llevó la espresada Cruz verde á la iglesia de donde la habian sacado, es el mismo que da la licencia para que se imprima esta obra. Con tales seguridades no podrá dudar el lector mas escrupuloso y nimio que cuanto se dice en ella es compendio fiel de lo que se leyó en los púlpitos por los secretarios de aquel ilustrado, santo y compasivo tribunal.

(2) Este Juan de Mongaston imprimió en el año de 1618 las Eróticas de don Esteban Manuel de Villegas, y el poeta en el esceso de su agradecimiento le llamó prez de los impresores, pero me parece que anduvo muy hiperbólico.

Impresa con licencia en la muy noble y muy leal ciudad de Logroño, en este año de 1611 años.

AUTO.

ESTE Auto de la Fe es de las cosas mas notables que se han visto en muchos años, porque á él concurrió gran multitud de gente (3) de todas partes de España y de otros reinos; y sábado 6 dias del mes de noviembre se comenzó el Auto con una muy lucida y devotísima procesion, en que iban, lo primero, siguiendo un rico pendon de la cofradía del santo Oficio, hasta mil familiares, comisarios y notarios de él, muy lucidos y bien puestos, todos con sus pendientes de oro y cruces en los pechos, Después iba gran multitud de religiosos de las órdenes de Santo Domingo, San Francisco, la Merced, la Santísima Trinidad y la Compañía de Jesus, de los cuales hay conventos en la dicha ciudad; y para ver el dicho Auto, de todos los monasterios de la comarca habia acudido tanta multitud de religiosos (4), que vino á ser tan célebre y devota esta procesion como jamás se ha visto. Al cabo de ella iba la Santa Cruz verde, insignia de la Inquisicion, que la llevaba en hombros el guardián de San Francisco, que es calificador del santo Oficio, y delante iba la música de cantores y ministriles, y cerraban la procesion dos dignidades de la iglesia colegial y el alguacil (5) del santo Oficio con su vara, y otros comisarios y personas graves, ministros del santo Oficio, que todos en muy buen órden llevaron à plantar la Santa Cruz en lo mas alto de un gran cadalso de ochenta y cuatro piés en largo y otros tantos en ancho, que estaba prevenido para el Auto, y con vistosos faroles y familiares de guarda estuvo toda la noche, hasta que el dia siguiente, luego que amaneció, salieron de la Inquisicion, Lo primero, cincuenta y tres personas que fueron sacadas al Auto en esta forma: Veinte y un hombres y mujeres que iban en forma y con insignias de penitentes, descubiertas las cabezas, sin cintoy con una vela de cera en las manos, y los seis de ellos con sogas á la garganta, con lo cual se significa que babian de ser azotados. Luego se seguian otras veinte y una personas con sus sambenitos y grandes corozas con aspas de reconciliados, que también llevaban sus velas en las manos, y algunos sogas á la garganta. Luego iban cinco estatuas de personas difuntas con sambenitos de relajados, y otros cinco ataudes con los huesos de las personas que se significaban por aquellas estatuas. Y las últimas iban seis personas con sambenito y corozas de relajados, y cada una de las dichas cincuenta y tres personas entre dos alguaciles de la Inquisicion, con tan buen óiden y lucidos trajes los de los penitentes, que era cosa muy de ver. Tras ellos iba, entre cuatro secretarios de la Inquisicion en muy lucidos caballos, una acémila, que en un cofre guarnecido de terciopelo llevaba las sentencias; y en lo último iban á caballo los señores inquisidores doctor Alonso Becerra Holguin, licenciado Juan de Valle Alvarado, y licenciado Alonso Salazar y Frias, llevando en medio at mas antiguo, acompañados del estado eclesiástico al lado derecho, y de la justicia y regimiento al lado izquierdo, y un poco delante iba en medio de la procesion el doctor Isidoro de San Vicente con el estandarte de la Fe, puestos en muy buen órden, que representaba todo grande autoridad y gravedad.

Llegados al cadalso los penitentes, fueron puestos en unas gradas muy altas que estaban en él, por bajo de la Santa Cruz: las once personas que habian de ser relajadas, que eran cinco hombres y seis mujeres, en la mas alta grada, y luego los reconciliados, y en lo mas bajo los que habían de ser penitenciados. Y de la otra parte del tablado, enfrente, se subia

(3) Y por otros motivos también.

(4) Asueto y mula, y holgura de tres semanas; y engullir sin término, y beber sin medida. ¡Y en Logroño!

(5) Ya hemos visto en Madrid á los nietos de los infantes de la Cerda honrarse con esta dignidad, y ocuparse, acompañados de otros esbirros y de sus robustos lacayos, en saltar de noche guardillas y zahurdas, y arrastrar á los calabozos de la Inquisicion tunos, libertinos, frailes y viejas. ¡Estraordinaria degradacion de la nobleza mas ilustre de Europa! ¡Vergonzoso empleo, que apetecian como blason hereditario de su casa los descendientes de Alfonso el Sabio!

por once gradas al sitial donde se pusieron los señores inquisidores, teniendo el estado eclesiástico à la mano diestra, y la ciudad y caballeros a la siniestra; y en lo mas alto de la grada primera se sentó el fiscal del santo Oficio con el estandarte. Y los consultores y calificadores, y los religiosos y eclesiásticos, se acomodaron en dichas gradas, que cabrian hasta mil personas. Todo lo restante del tablado estaba lleno de caballeros y personas principales, y en medio se levantaba un pulpito cuadrado en que se ponian los penitentes cuando se les leian las sentencias por los secretarios del santo Oficio, que para leeras se subian en otros dos púlpitos que estaban en partes cómodas del tablado.

Comenzóse el Auto por un sermon que predicó el prior del monasterio de los Dominicos, que es calificador del santo Oficio, y aquel primero dia se leyeron las sentencias de las once personas que fueron relajadas á la justicia seglar, que por ser tan largas y de cosas tan estraordinarias ocuparon todo el dia hasta que queria anochecer, que la dicha justicia seglar se entregó de ellas, y las llevó á quemar, seis en persona y las cinco estatuas con sus huesos, por haber sido negativas, convencidas de que eran brujas y habian cometido grandes maldades. Escepto una que se llamaba María de Zozaya, que fué confitente, y su sentencia de las mas notables y espantosas de cuantas alli se leyeron. Y por haber sido maestra y haber hecho brujos à gran multitud de personas, hombres y mujeres, niños y niñas, aunque fué confitente, se maudó quemar por haber sido tan famosa maestra y dogmatizadora.

El lunes siguiente, cuando amaneció, estaban ya puestos en el cadalso todos los demás penitentes, y debajo de su dosel los señores inquisidores con el estado eclesiástico y ciudad, y todo lo demás dispuesto en la forma que estuvo el dia atrasado, y se volvió á proseguir el Auto por un sermon que predicó el provincial (6) de la órden de San Francisco, que es también calificador del santo Oficio. Y luego comenzaron á leer las sentencias de dos famosos embusteros, que fingiendo ser ministros del santo Oficio, habían cometido (7) grandes maldades. Uno de ellos fue desterrado de todo el distrito de la Inquisicion, y el otr que pagase y restituyese gran cantidad de dinero que habia estafado con embustes y maldades que cometió socolor del santo Oficio; diéronsele doscientos azotes, y fué desterrado perpetuamente de todo el distrito de la Inquisicion, y los cinco años á las galeras, à remo y sin sueldo. Otros seis fueron castigados por blasfemos con diversas penas. Otros ocho, por diversas proposiciones heréticas, fueron castigados con abjuracion de levi, destierro y otros castigos, conforme á la gravedad de sus delitos. Otros seis, cristianos nuevos de judios, los cuatro de ellos porque guardaban los sábados, y en ellos se ponian camisas y cuellos limpios y mejores vestidos, y hacían otras ceremonias de la ley de Moysen, abjuraron de levi con destierro y otras penitencias; y otro porque habia cantado diversas

veces este cantar:

Si es venido, no es venido,

El Mesias prometido.

Que no es venido.

y por otras proposiciones erróneas que habia dicho, fué castigado con la misma pena. El otro, por haber sido judio judaizante por tiempo de veinte y cinco años, y haber pedido misericordia con lágrimas y demostraeion de arrepentimiento, fué admitido á reconciliacion con sambenito y cárcel, en la casa de la penitencia del santo Oficio. Un moro, que confesó haberlo sido con apostasia, tué reconciliado con sambenito y cárcel perpetua. Otro, por haber sido luterano, creyendo y teniendo proposiciones de la secta de Lutero, fue también reconciliado con sambenito y cárcel perpetua, y se le dieron cien azotes. Las diez y ocho personas restantes fueron reconciliadas por haber sido toda su vida de la seta de los brujos, buenas confitentes, y que con lágrimas habian pedido misericordia, y que querian volverse á la fe de los cristianos. Leyéronse en sus sentencias cosas tan horrendas y espantosas, cuales nunca se han visto; y fué tanto lo que hubo que relatar, que ocupó todo el día dende que amaneció hasta que llegó la noche, que los señores inquisidores fueron maudando cercenar muchas de las relaciones, porque se pudiesen acabar en aquel día. Con todas las dichas personas se usó de mucha misericordia (8), llevando consideracion mucho mas al arrepentimiento de sus culpas, que à la gravedad de sus delitos y al tiempo en que comenzaron a confesar: agravandoles el castigo à los que confesaban mas tarde, segun la rebeldía que cada cuai habia tenido en sus confesiones. Acabado el Auto al punto que anochecia, las veinte y una personas que

(6) Qué dos piezas de elocuencia se ha perdido la posteridad el sermon del padre provincial y el del padre prior! Tan bueno seria el uno como el otro. ¡Y cómo resplandeceria en los dos el espíritu de tolerancia, de mansedumbre, de caridad evangélica!

(7) Procurarian imitar bien lo que fingieron.

(8) Yo lo creo. ¿Qué tribunal ha habido jamás tan piadoso? Él no hacia otra cosa que aprisionar, atormentar, desterrar, confiscar, afrentar, escomulgar, azotar, ahorcar y quemar á los miserables que cogia debajo. Si se le morian en los calabozos, los condenaba en estatua y les quemaba los huesos; y los nombres, apellido y patria de estos y de aquellos los ponia en letras bien gordas á la entrada de las iglesias, para que todo el que supiera leer lo leyese, y durasen por siglos en las familias que dejaban los efectos de su clemencia clerical. Ni estos debieron llamarse tribunales, sino congregaciones filantrópicas.

habian de ser reconciliadas fueron llevadas a las gradas de la -1° donde estaba el dosel y tribunal del sauto Olicio, y puestos de radila en la grada mas alta, se hizo un solemnísimo y devolisimo acto, cea en fueron recibidas á reconciliacion, y absueltas de la escomunion ez çə estaban por el señor doctor Alonso Becerra y Holguin, inquisidor man antiguo; y esto se hizo con tan grande gravedad y autoridad, que tɔsa în multitud de gente estaba admirada y suspensa con la grande dever an 1 luego que se acabó el dicho solemne acto, el dicho señor inquisidur mai antiguo quitó el sambenito à una de las brujas, que se llamaba Baris de Yurreteguia, diciendo que se le quitaba porque fuese ejemplo a to a la misericordia que con ella se usaba por el dolor con que baba s buena confitente, y el ánimo con que habia perseverado en se defes de las grandes molestias que los brujos la habían hecho para la volver & reducir à su seta y bandera: lo que causó tan gran devocion y piedad es todos, que no cesaban de dar mil bendiciones (9) y alabanzas a Dios y santo Oficio, con que se acabó aquel solemne acto. Y el chantre de a iglesia colegial llevó sobre sus hombros la Santa Cruz a la iglesia n mucho acompañamiento y musica, que iban cantando el Te Dramics! mus tras todos los penitentes, que acompañados de famitares facrum vueltos à la Inquisicion, y el estado eclesiástico y la ciudad rolvierm también acompañando á los señores inquisidores; y se acabé tudo burs rato después de haber anochecido.

Y porque se tenga noticia de las grandes maldades que se cometen en la seta de los brujos, pondré también una breve relacion de al, mas las cosas mas notables que apuntamos algunos curiosos, que coa cuida do las íbamos escribiendo en el tablado, y son las siguientes.

El demonio, para propagar esta abominable y maldita seta, se apresen cha de los brujos mas antiguos y mas ancianos, que con mucho caÔI se ocupan en ser maestros y enseñadores de ella. Y a los que pers den que sean brujos no los pueden llevar al aquelarre (que của mái nombre llaman á sus ayuntamientos y conventículos, y en el vascas suena tanto como decir prado del Cabron porque el demonto, que tam nen por dios y señor en cada uno de los aquelarres muy ordinana se 'ri aparece en ellos en figura de cabron), sin que primero consientan en qu seran brujos, y siendo de edad de discrecion prometan que baras ei te niego. Y habiendo consentido y prometidolo ast, en una de las socÈM que hay aquelarre, va la persona maestra que le ha enseñado y conve do á que sea brujo, à su cama ó parte donde está durmiendoù despers como dos o tres horas antes de media noche, y habiéndole primero dea pertado si duerme, le unta con una agua verdinegra y hedionda las me nos, sienes, pechos, partes vergonzosas y plantas de los pies, y langa l lleva consigo por el aire, sacándolos por fas puertas ó ventanas que i abre el demonio, ó por otro cualquier agujero ó resquicio de la puerta y con grande velocidad y presteza llegan al aquelarre y campo dip „and para sus juntas, donde lo primero presenta al brujo novicio al demoen. que está sentado en una silla, que unas veces parece de oro, y otras de madera negra, con gran trono, majestad y gravedad, y con up fast muy triste, feo (10) y airado (que por entonces se representa en âgura de

(9) Es axioma corriente que à Dios se le deben dar gracias por todo; y en efecto, bien podemos nosotros darselas por habernos hecho nacer un poco mas tarde, y ser contemporaneos del doctor Vergara de Porres, ni del doctor Alonso Becerra y Holguin.

(10) No anda discreto el demonio en esto de presentarse tan feo y de mal humor en los aquelarres, porque puede echarlo todo à perder. Brujo habria, particularmente entre los novicios, que al verle de tan espantable gesto le hiciese una higa, y no volviera jamás a la tertulia

Casi todos los que nos dan noticias del demonio que no sé por cierto de dónde las adquieren) nos le pintan rematadamente necio; pero yo tengo para mi, allegandome a la opinion de un autor católico y muy acreditado,

Que el diablo es bellacon, mas no ignorante.

Y en cuanto á si es feo ó no lo es, yo llevo la atırmativa, y digan lo que quieran sus apasionados. Pero ¿que especie de fealdad es la suya? Hoc opus, hic labor est. ¿Será como se presenta a las madres brujas, ó como el Tasso le describe, que no parece sino que le vio? Ahi va la pintura del gran poeta italiano, y el lector podra esco ger entre los dos el demonio que mas le guste.

Siede Pluton nel mezzo, e con la destra
Sostien lo scetro ruvido e pesante.
Ne tanto scoglio in mar, ne rupe alpestra,
Ne pur Calpe s'innalza o'l magno Atlante.
Ch'anzi lui non paresse un picciol colle
Si la gran fronte, e le gran corna estolle
Orrida maestà nel fero aspetto

Terrore accresce e più superbo il rende.
Roseggian gli occhi, e di veneno infett
Come infausto cometa il guardo splende:
Gli involve il mento e su l'irsuto petto
Ispida e folta la gran barba scende.
E in guisa di voragine protonda
S'apre la bocca, d'atro sangue immonda.

hombre negro con una corona de cuernos pequeños y tres de ellos son muy grandes, y como si fuesen de cabron, los dos tiene en el colodrillo y el otro en la frente, con que da luz y alumbra á todos los que están en ej aquelarre, y la claridad es mayor que la que da la luna, y mucho menos "que la que da el sol, y la que basta para que todas las cosas se vean y conozcan); los ojos tiene redondos, grandes, muy abiertos, encendidos y espantosos; la barba como de cabra el cuerpo y talle como entre hombre y cabron, las manos y piès con dedos como de persona; mas de que son todos iguales, aguzados acia las puntas con uñas rapantes, y las manos corvas como ave de rapiña, y los pies como si fuesen de ganso. Y tiene la voz espantosa, desentonada, y cuando habla, suena como un mulo cuando rozna; mas de que la voz es baja y las palabras que habla son mal pronunciadas, que no se dejan entender claramente, y siempre habla con una voz triste, ronca, aunque con muy grande novedad y arrogancia, y su semblante es muy melancólico, y parece que siempre está enojado. Y cuando la bruja maestra le presenta el novicio le dice : Señor, este os traigo y presento; y el demonio se le muestra agradecido, y dice que le tratará bien, para que con aquel vengan muchos mas. Y fuego le mandan hincar de rodillas en presencia del demonio, y que reniegue en la forma y de las cosas que la bruja su maestra le lleva industriado, y diciéndole el demonio las palabras con que ha de renegar, las va repitiendo, y reniega lo primero de Dios, de la Virgen Santa María, su madre, de todos los santos y santas, del bautismo y confirmacion y de ambas las crismas, y de sus padrinos y padres, de la fe y de todos los cristianos, y recibe por su dios y señor al demonio; el cual le dice que de allí adelante no ha de tener por su dios y señor al de los cristianos sino à él que es el verdadero dios y señor que le ha de salvar y llevar al paraiso. Y luego le recibe por su dios y señor, y le adora besandole la mano izquierda, en la boca y en los pechos, encima del corazon y en las partes vergonzosas, y luego se revuelve sobre el lado izquierdo, y levanta la cola (que es como la que tienen los asnos), y descubre aquellas partes, que son muy feas y las tiene siempre sucias y muy hediondas, y le besa también en ellas debajo de la cola. Y luego el demonio tiende la mano izquierda, y bajándosela por la cabeza acia el hombro izquierdo ó en otras diferentes partes del cuerpo (segun que à él le parece), le hace una marca, hincándole una de sus uñas, con que le hace una herida, y saca sangre, que recoge en algun paño ó en alguna vasija, y el novicio siente de la herida muy gran dolor, que le dura por mas de un mes, y la marca y señal por toda la vida; y después en la niñeta de los ojos con una cosa caliente, como si fuese de oro, le marca (sin dolor) un sapillo, que sirve de señal (1) con que se conocen los brujos unos á otros. Y luego el demonio da á la maestra ciertas monedas de plata en precio y compra de aquel esclavo y un sapo vestido, que es un demonio en aquella figura, para que sirva como ángel de guarda (12) al brujo novicio que ha renegado. Y es cosa notable que por la mayor parte las monedas se desaparecen, que la broja maestra no tiene provecho en ellas, mayormente si no las gastan dentro de veinte y cuatro horas después que las reciben. Y el sapo siempre persevera en poder de los brujos, teniéndole y sustentándole la maestra mucho tiempo, hasta que el demonio se lo manda entregar al brujo novicio. También es cosa notable que la marca que el demonio les hace, es de tal condición, que con ella les amortigua la parte por donde entra la uña del demonio; de manera que aunque por ella les metan (3) una aguja ở alfiler, no sienten dolor ninguno. Y en la

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a

(13) En el año de 1652 quemaron en Jinebra á una muchacha llamada Micaela Chaudron, á quien llegaron á persuadir que era hechicera. El estracto del proceso es este Habiéndose Micaela Chaudron encontrado con el diablo á las puertas de la ciudad, el diablo la dió un beso, la recibió por suya, la imprimió en el labio superior y en la teta derecha la señal que acostumbra à-poner à aqueHlas personas á quienes mas particularmente favorece. Este sello del diablo es una marca que deja insensible la parte en que está, como lo afirman todos los jurisconsulLos demonógrafos. Mandó el diablo à la pobre Micaela que fuera y hechizase à dos muchachas que la indicó, lo cual ella hizo con la mayor diligencia y puntualidad. Los parientes de las maleficiadas acusaron á la Chaudron, y esta y las otras fueron interrogadas y presentadas al careo. Confesaron que sentian cierto prurito ó comezon en algunas partes de su cuerpo, y que, por consecuencia precisa, estaban endemoniadas. Llamaronse médicos, ó á lo menos doctores en medicina; visitaron a las tres muchachas; buscaron en la Micaela el sello infernal, y para haHarle la metieron por distintas partes una aguja muy larga; salió mucha sangre, y la paciente manifestó con sus alharidos que los signos diabólicos no la habian dejado insen

sentencia de Joanes de Echalar, herrero, se refirió que habiendo declarado que la marca se la habia puesto el demonio en la boca del estómago, los señores le mandaron mirar, y hallando la señal, hicieron que por ella le metiesen un alfiler, y apretaron tanto, hasta que el alfiler se quedó hincado y derecho, diciendo siempre que no sentia cosa ninguna: y poniéndosele sobre otra cualquier parte de su cuerpo, luego se quejaba y sentia mucho dolor.

Acabado de hacer el reniego, el demonio y demás brujos ancianos que están presentes advierten al novicio que no ha de nombrar el nombre de Jesus ni de la Virgen Santa María, ni se ha de persignar ni santiguar; y luego le mandan que se vaya á bolgar y bailar con los demás brujos alrededor de unos fuegos fingidos que allí el demonio les presenta, y les dice que aquellos son los fuegos del infierno, y que entren y salgan por ellos, y verán como no queman ni dan pena ninguna ; y que así pues no hay mas pena que aquella en el infierno, que se huelguen y hayan placer, y no teman de hacer cuanto mal pudieren; pues los fuegos del infierno no queman ni hacen mal ninguno con que se animan & cometer todo género de maldades, y se huelgan y entretienen bailando y danzando al son de tamborino y flauta, que en el aquelarre de Zugarramurdi (14) (del cual eran casi todos los dichos brujos) le tañia uno que se llamaba Joanes de Goyburu, y á son de atambor, que le tañía otro que se llama Juan de Sansin (15), ambos primos, que fueron sacados al Auto, y reconciliados por haber sido buenos confitentes; y duran en las dichas danzas y bailes, haciendo fiesta al demonio (que les está mirando), hasta que es hora de cantar el gallo, después de media noche, que se vuelven todos á sus casas acompanados de sus sapos vestidos, y se deshace la junta porque no pueden estar mas en ella, y en muy breve tiempo llegan á sus casas. Y el dicho Juan de Goyburu, algunas noches que venia al aquelarre desde otro lugar que estaba dos leguas del de Zugarramurdi, conflesa que cuando se volvia á él, si llegaba la hora de cantar el gallo (16), su sapo vestido se le desaparecia y dejaba en el camino, y le proseguia à pié hasta su casa, porque no podia ir mas por el aire.

sible. Viendo pues los jueces que aun no estaba plenamente probado que fuese hechicera, la aplicaron á cuestion de tormento, secreto infalible para obtener cuantas pruebas se necesitan. Cedió la infeliz à la violencia de la tortura; confesó cuanto exigieron de ella; pero como quiera que los médicos no estaban satisfechos todavía con la operacion judicial, repitieron las suyas en busca del sello del diablo. Tanto hicieron, que llegaron á descubrir un pequeño lunar en un muslo de la muchacha; metieron de nuevo la aguja, y como las mortificaciones del potro habian sido tan terribles, apenas sintió aquella víctima desdichada las pruebas que estaban haciendo. Esto fué bastante para que la medicina y la jurisprudencia diesen por averiguado el delito; bien que como ya empezahan á suavizarse mucho las costumbres, aunque es cierto que la quemaron, usaron de la cortesía de ahorcarla primero.

En todos los tribunales de la Europa cristiana se fulminaban iguales sentencias, y esta bárbara estupidez ha durado tanto, que en los tiempos modernos, en el año de 1750, han quemado con toda solemnidad en Wurtzburgo, ciudad de Franconia, à una mujer acusada de ser hechicera, señora de mucha distincion, abadesa de un convento. ¡Y en nuestra edad y siendo emperatriz María Teresa de Austria! (Voltaire, Diccionario filosófico.)

(14) Lugar pequeño del reino de Navarra en el valle de Bastan, doce léguas de Pamplona. En el año de 1802 ascendia à poco mas de cuatrocientas personas todo su vecindario.

(15) Se ve. que el demonio se acomoda al uso de la tierra. Adonde fueres, haz como vieres. En Valencia gus-, tan mucho las brujas de atabalillos y dulzainas, y cantan la jota; en la Mancha tocan panderos y tiples; en Andalucía sonajas y panderetas; en Galicia gaitas, en Portugal guitarras, y en Zugarramurdi se huelgan con la flauta de Goyburu y el tamborino de Juan Sansin.'

(16) El gallo es un pájaro muy de bien, y no consiente picardías. Asi que él empieza a cantar, van que el diablo se los lleva brujas, y silfos, y espectros, y lemures, y trasgos, y duendes, y toda la descreida canalla de visiones horrendas, que durante la noche hacen tantas travesuras por los barrancos, encrucijadas y cementerios. Si todos supiesen la habilidad de este cantor, en mas estimacion le tuvieran, y la gente regalona no se daria tanta prisa a comer polles.

En los teatros de Inglaterra se recomienda mucho esta virtud del gallo, y en una de sus mas aplaudidas trage

asentada y confesada por todos los brujos, que desde el punta qua comienzan á ser, dejan luego de ver el santisimo Sacramento dei vam Fue siempre por ello recibiendo mucho dolor y pena, y siempr mas congoja, pensaba en el mal que había hecho en se apartat és a fe de los cristianos, y tanto le apreto este pensamiento y cenf S cayó enferma y lo estuvo siete semanas, hasta llegar a ponto de m y propuso de se confesar luego que pudiese ir a otro lugar que ese de alli media legua, donde estaba un sacerdote, hombre du 1 to biéndolo cumplido, el sacerdote la dió muchos y buenos conseguits consoló y animó, mandandola que muy de ordinario nombrace elam bre de Jesus, y dilató el darla la absolucion hasta que tuvo érés pa llo del obispo de Bayona; y se confirmó mucho en su santo propam. porque luego que se confesó y propuso salir de aquella mata sea, no menzó á ver la hostia consagrada como la via antes que se hicier Libre ya la dicha moza de aquella maldita sela, nunca main jos la persiguieron; y sucedió que volviendo al lugar de Zugarrama“, donde se habia criado, dijo como alli habia aquelarre y juula de br ̧— y que ella habia ido á él dos ó tres veces, y visto como eran brajame tas personas, y entre ellas la dicha María de Yurreteguia; y babes a v nido esto a noticia de Esteban de Navalcorea, su marido, el y sus dos le pidieron sobre ello recuesta, y ella con grandes voces y Pige afirmaba que no era bruja, y que era gran maldad y falso testima le levantaba la dicha francesa, y con grandes clamores pedia al s venganza contra'ella, por lo cual se determinaron en volver a

Los que se hacen brujos antes que lleguen å edad de discrecion no reniegan, sino tan solamente los presentan al demonio, untándolos y llevándoselos al aquelarre, porque no quiere que renieguen hasta que lleguen á edad de discrecion, en que puedan discernir y entender cómo mediante el reniego se apartan de Dios y de la fe de los cristianos, y reciben por su dios y señor al demonio. Y es caso notable y de gran maravilla el suceso que dió principio à descubrirse estas maldades y seta de brujos en el lugar de Zugarramurdi, segun que se refirió en la sentencia de Maria de Yurreteguia, y es que una bruja (cuyo nombre no se declaró, mas de que era de nacion francesa y se habia criado en Zugarramurdi), habiendo vuelto á Francia con su padre, una mujer francesa (17) la persuadió à que fuese con ella á un campo donde se holgaria mucho, industriandola en lo demás que había de hacer, y dándola poticia de cómo habia de renegar, y habiéndola convencido la llevó al aquelarre, y puesta de rodillas en presencia del demonio y de otros muchos brujos que la tenian rodeada, renego de Dios, y no se pudo acabar con ella que renegase de la Virgen Santa Maria (18) su Madre, aunque renegó de las demás cosas, y recibió por su dios y señor al demonio, por lo cual todos los brujos la tomaron sobre ojos, y la perseguian temiéndose de que los habia de descubrir por no haberse querido allanar á renegar de nuestra Señora. De lo cual resultó que en año y medio que fué bruja (aunque hizo todas las cosas que hacian todos los demás brujos) siempre andaba con recelo de parecerle que no podia ser dios aquel demonio à quien adoraban, y le daba algun deseo de dejar aquella vida, y llegado el tiempo de la cuaresma, en que se habia de confesar, se determinó de no confesar aquellos pecados que cometia como bruja, por la vergüenza que de ello tenía, y porque todos los brujos la maltrataban y traian amenazada, diciendo que la habian de matar si los descubria; y habiéndose confesado, al tiempo que fué à recibir el Santisimo Sacramento, como no vió la forma consagrada que el sacerdote le dio, comenzó a estar muy confusa y pensar que por haberse hecho bruja y haberse apartado de la santa fe, no la merecia ver, y considerando también como, por mas diligencias que hacia cuando oia misa, no podia ver la hostia que el sacerdote alzaba (como la via antes que fuese bruja, sino que en su lugar vía una como nube negra que llevaba el sacerdote entre las manos), comenzó á estar mucho mas confusa. Porque es cosa dias dice muy serio un personaje : « Yo he oido decir que el gallo, trompeta de la mañana, hace despertar al dios del dia con la alta y aguda voz de su garganta sonora, y que á este anuncio todo estraño espiritu errante por la tierra ó el mar, el fuego ó el aire, huye à su centro. » Y otro interlocutor le responde, no menos grave y ponderativo: «Algunos dicen que cuando se acerca el tiempo en que se celebra el nacimiento de nuestro Redentor, este pájaro matutino canta toda la noche, y que entonces ningun espíritu se atreve á salir de sus moradas; las noches son saludables, ningun planeta influye siniestramente, ningun maleficio produce efecto, ni las hechiceras tienen poder para sus encantos.>>

Sea de esto lo que fuere, lo cierto es que luego que amanece no hay brujo, ni ánima en pena, ni fastasia, ni demonio que se atreva á presentar en público. Nadie ha visto hasta ahora en la Puerta del Sol de Madrid, en Zocodover de Toledo, en la Rambla de Barcelona, en la plaza de San Autonio de Cadiz, en el Zacatin de Granada, ni en el Espolon de Burgos, que a las once y media de la mañana se haya aparecido vision, ni endriago, ni monstruo infernal, ni pastelero difunto rodeado de gatos y perros, con cadeuita y olor de azufre, y ¡ay de mi! pidiendo pesetas à les circunstantes para que le digan misas. Y todo esto, ¿á quién se debe? A gallo. ¡Bendito él sea, que de tantas incomodidades y socaliñas y malos partos nos aborra!

(17) Illiacos intra muros peccatur, et extra.

(18) Renegar de Dios malo es; pero de la Virgen Santisima, ¡ádónde vamos á parar! Esta es doctrina frailesca, lector candido, y perdona que te llame de tú; porque al fin, si no lo has por enojo, tambiéu yo he sido fraile, y no he perdido la costumbre del tuteo. ¿No te acuerdas de haber visto pasar en las procesiones de Semana Santa las imagenes de Jesucristo, Hijo de Dios vivo, y merecer apenas una inclinacion de cabeza? ¿seguir después la de su madre, y no hallar el vulgo, particularmente el devoto, femineo, ignorante sexo, genuflexiones ni actos de reverencia que fuesen bastantes para manifestar su adoracion a tat to númen? Pues mira, lector amabilisimo, esta era teologia de frailes (no de todos, pero de la mayor parte de ellos), y si no la mas acomodada al espíritu de la religion, la mas conforme à la estabilidad de sus refectorios.

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la dicha francesa y asegurarse mas de lo que ella decia, la ca.ED pondió que la pusiesen en presencia de ella y la convencera i am confesar la verdad y como era bruja, y habiéndola llevado a s puesta en su presencia, la dijo muchas razones y cosas que Lam4 sado en el aquelarre, y la dicha Maria de Yarreteguia se defesa je rando y afirmando lo contrario, y tanto le supo decir la frances todos se persuadieron á creer que era verdad, y apretaban a la María de Yurreteguia à que contesase, y vienduse atajada y contem á le sobrevino un sudor y grande congoja, y cayó sentada con un desatar y daba à entender que en la garganta tenia un grande impedimenta cla la estorbaba para que no pudiese decir la verdad. Y habitado rusa si con un gran suspiro que dió, echó por la boca un aliento de a olor, y luego confesó cómo era verdad todo lo que la francesa ca que ella habia sido bruja desde muy niña por enseñanza de Mana a pia, su tia y hermana de su madre (que también fue sacada al Asa reconciliada), y dijo y confesó muchas cosas que habia becha as bruja, por lo cual la llevaron al vicario de Zugarramurdi para je u confesase. Y habiéndola confesado le dió por consejo que pudiese don á sus vecinos de los males que les habia hecho, y publ caba confesó como era bruja, y les pidió perdon. Y confiesa que lengana menzó á ver la hostia consagrada en las misas que ota, y que sali basta entonces la había visto, porque comenzó a ser bruja desse m.f pequeña.

Sintiendo el demonio los grandes daños que de esta confesion le hbian de resultar, consultó con sus brujos el grande sentimient) que e nia porque aquella se habia salido de su bandera, y luego comeAL" ↑ á la perseguir y a ir de noche à su casa para la sacar y la levar at a tum larre, poniéndola miedos y amenazas si no iba. Y en una noche de an larre, estando el demonio y todos sus brujos con el, les dijo el gra sentimiento que tenía, y que era menester que fuesen todos a sacar de su casa à la dicha Maria de Yurreteguia para la llevar al aquelam: 1 poniéndolos a todos en distintas figuras de perros, gatos, puercus yra 1 bras, y à Graciana de Barrenechea (que era reina del aquelarte, en 3gura de yegua, se fueron a la casa de Maria de turreteguia, qu de su suegro, y habiendo entrado en la huerta de ella (dejando loca brujos mozos en la dicha huerta), el demonio se aparto con les promi mas ancianos, y volviendo a consultar el modo que habra de tezer para sacalla de su casa y llevar al aquelarre, entraron en la casa por puertas y por las ventanas, abriendoselas el demonio; y hat are fun dicha Maria de Yurreteguia estaba en la cocina de la casa rodad mucha gente que aquella noche habia convocado para que la ac.y: ñasen y guardasen, por el miedo que tenian todos los de la cat males que las noches antes la habían hecho, y porque elia les aquella era noche de aquelarre é iran á la maltratar y el dem. Miguel de Goyburu, rey del aquelarre, y otros brujos, se pusiera de un escaño, y por cima del sacaban las cabezas.19; para mirar a estaba y qué hacia la dicha María de Varreteguia, y para la ciéndole señas que fuese con ellos. Y Maria Chipia, su maesita eta otra hermana suya, se pusieron en lo alto del humero, y desde 201 llamaban con la mano, haciéndola señas para que se quiune œ ellos, y la amenazaban poniendo el dedo en la frente, juravikare se la habia de pagar si no se iba con ellos; y ella se delera d voces y señalando dónde estaban los brujos; mas los que estas in " no los podian ver, porque el demonio los habia encantado y estim unas sombras para que no los pudiesen ver sino la dicha Mà a u la cual à voces decia: dejadme, traidores, Du pe pr Yurreteguia, gais mas, que harto be ya seguido al diablo. Y viendo to my.s la apretaban para que se fuese con ellos, quitándose un rosama c.e tenia al cuello, levant la cruz del en alto diciendo: dejaar, 2o ̧ul » me, que no quiero servir mas al demonio; á esta quiero y cwa me de defender; y santiguándose y nombrando el nombre de Jr.

(19) De suerte que el pobre demonio, si no sacatu la cabeza por encima del escaño, no veia gota.

(20) Y es cosa probada. Véase la relacion de Ludova“, Enio en la comedia de El purgatorio de san Patris 18. Yo no sé por qué no habiamos de ver alguna vez esa comedia en los teatros de la corte, en donde à cada pa

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