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materno, pasado del oficio de porquero al servicio militar, y llegado por todos los grados de la milicia á la dignidad imperial, adoptó al hijo de una hermana suya, y le asoció al imperio nombrándole nobilísimo César (*). Muerto Justino, imperó solo ocupando el trono cuarenta años, y escediendo en la gloria y felicidad de sus empresas á todos los príncipes sus antecesores, Pero discrepan mucho acerca de sus costumbres los escritores tanto antiguos como modernos. Uno de los antiguos, Procopio, que en todas sus obras celebró el ingenio, prudencia, probidad y virtud de Justiniano, escribió posteriormente un libro que intituló Anécdota, el cual se publicó en Leon en 1623 con notas eruditas de Nic. Aleman. En él pintó á Justiniano como un príncipe estúpido, enteramente dominado por su muger, que era una prostituta, avaro, impío, y contaminado con toda clase de vicios. Esto produjo nuevas disputas. Así que esta obra vió la luz pública, la tuvieron algunos como dictada ex tripode, y otros la reputaron como una calumnia de Procopio. Qué juicio, pues, debemos formar? La esencia y fundamento de la sabiduría consiste en no creer ligeramente. Justiniano no estuvo exento de lunares y vicios. Tuvo ciertamente algunos no pequeños defectos, cuales por ejemplo fueron una escesiva complacencia con su muger Teodora, cómica y de desarregladas costumbres, un lujo y magnificencia escesivos, y su inconstancia en mudar las leyes. Pero estas faltas estaban mezcladas con mayor número de virtudes: él fué de agudo ingenio, magnánimo, fuerte, espléndido, en una palabra, el mayor príncipe de

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(*) Este era el apellido de la familia de Cayo Julio César, y como fuese de las mas esclarecidas de Roma, y aquel el primer emperador perpétuo, los sucesores en el imperio le adoptaron para sí, y en lo sucesivo se llamaban Césares todos los herederos del trono.

su siglo; y fácilmente se disimularán estos lunares al que los compensó con tan sobresalientes virtudes.

S. IV. Bien lo manifiestan las hazañas de Justiniano en la paz y en la guerra, de que hablaremos algo en este párrafo. En su tiempo los bárbaros(*)habían reducido el imperio romano casi al último estremo. Los godos ocupaban la Italia, la España, y una considerable parte de la Galia; los vándalos el Africa, y los persas amenazaban el Oriente, pero á todos resistió Justiniano : desbarató y contuvo la invasion de los persas; volvió á sujetar el Africa; por cuya victoria da gracias a Dios en el Pr. de la l. 1 y 2. Cod. de offic. prætor. Afric., y despues, destruido el reino de los godos (**), recuperó la

(*) Los romanos llamaban bárbaras á todas las naciones, porqué creían que eran mas instruidos que ellas en la política y en el arte militar; pero sin embargo siempre respetaron á la Grecia, escluyendola de ese ominoso dictado, y la miraron como la fuente de donde habían venido las ciencias y las bellas artes, y asi es que los mejores escritores romanos siempre aconsejaron á sus conciudadanos manejasen de dia y de noche los autores griegos á quienes miraban como los modelos que debían imitar.

(**) La ciudad de Roma, fundada á las orillas del rio Tiber por Rómulo, capitan de bandidos, se distinguió desde su principio por la violencia y robo de las sabinas, que les empeñó en una guerra; y lo que al principio fué necesidad, constituida poco a poco en pasion por las sucesivas victorias, formó el espíritu guerrero de aquel pueblo orgulloso, que de unas conquistas en otras llegó á ser el dominador del mundo entonces conocido. Al principio su gobierno era monárquico moderado, y la nacion se regía por el rei que era electivo, en union de quien gobernaba el senado compuesto al principio solamente d patricios, y la asamblea del pueblo tenía poder legislativo, hasta que cansados los romanos de la crueldad, avaricia é insolencia de Tarquino, llamado el soberbio, determinaron sacudir su yugo y libertarse de tal servidumbre, valiéndoles de pretesto la injuria que su hijo Sesto hizo al honor de Lucrecia; y así es que en el año 221 de la fundacion de Roma le espulsaron, abolieron el gobierno monárquico, y se erigieron en república, gobernada

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Italia. Procopio en los libros de bello gothico persico, vandalico, y Agatias en la historia de aquellos tiempos

por dos cónsules que se elegían todos los años, cuyo gobierno duró hasta Julio César, que lo mudó y estableció el imperio, nombrado así á causa del dominfo de los emperadores. Numa Pompilio, el mas sabio filósofo de sus reyes, creó la religion y el culto público, y arregló la ciudad, constituyéndose en nacion durante sus reyes; pero erigida la república, se creó una nacion esencialmente militar; y así es, que durante este gobierno, se hicieron las conquistas mas asombrosas, las que se terminaron en el reinado de Augusto César, por cuya razon se cerró el templo de Juno, hasta entónces abierto, y aun hoi dia, para manifestar que hai una paz general, se dice hai una paz octaviana. Subyugadas todas las naciones de oriente y occidente, y no leBiendo ya contra quien combatir, solo se dedicaron los romanos á disfrutar las inmensas riquezas que por medio de tantas conquistas habían adquirido y acumulado en la capital del imperio; con lo que se afeminaron, relajáronse sus costumbres, la patria fué para ellos en adelante un nombre fantástico, y la severa disciplina de sus legiones se convirtió en una licencia absoluta, con la cual la soldadesca desenfrenada abatía y elevaba á su antojo á los emperadores. La naturaleza guarda exactamente sus leyes, lo mismo en los cuerpos físicos que en los morales, y el imperio romano era un monstruoso gigante que por su propio peso tenía que sucumbir; así fué, que para contener á las provincias mas remotas, sublevadas por las vejaciones de los empleados públicos, asalariaron tropas de los bárbaros, con lo que les abrieron la puerta para la dominacion, y estendiéndose los godos, vándalos, alanos, y suevos, que son los que conocemos hoi por alemanes, hungaros, polacos, suecos, rusos, moldavos valacos por la Europa, vencieron, arrollaron y arrojaron de la Italia y Francia á los romanos, y en España ios vándalos con su rei Gunderico, los alanos mandados por Atasces, los suevos bajo las órdenes de A rmenerico,y los silingos que tenían á su frente á su general Respendias, entraron en ella en el año 409 de Jesucristo, y la repartieron entre sí; pero despues de continuas guerras, los vándalos pasaron al Africa, y sometidos ó degollados los demas bárbaros por los godos, quedó tota la España por estos, y fundaron la monarquia española que subsiste hasta

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describen las circunstancias de estas guerras. Con lo cual ya comprendemos los títulos que se da á sí mismo Justiniano en el principio de las instituciones: ellos no indican, como hoi dia se acostumbra, las provincias que poseía, sinó los pueblos que había vencido en la guerra.Si se llama alemánico, gótico,franco, germánico, es porqué había derrotado á los godos, á quienes parece pagaban tributo los alemanes, franceses y germanos: alánico, vandálico, y africano, porqué había deshecho á los vándalos y alanos en el Africa, y recobrado aquella provincia. Creen algunos que en lugar del título Antico debe leerse Póntico, por haber vencido algunas naciones en el Ponto Euxino. Pero tampoco habrá inconveniente en atenerse al testo vulgar, porqué tambien los Antes fueron un pueblo que esparció el terror de su nombre en tiempo de Justiniano.

S. V. No fué ménos esclarecido Justiniano en la paz que en la guerra; pues reunió en un cuerpo el derecho romano que estaba esparcido por innumerables volúmenes; de suerte que con razon se gloria en el pr. Inst. procm., de haber ennoblecido la magestad imperatoria con las armas, y fortificádola con las leyes. Así que, pasaremos á considerar por su órden los libros que mandó formar, para saber de qué partes se compone el cuerpo de derecho. El primer libro, pues, que mandó componer fué el Código Justiniáneo, publicado en el año 529. Llamábanse códigos los libros cuadrados, y dábase principalmente este nombre á los libros que contenían las constituciones de los emperadores. Ya

nuestros dias, sin que ni Justiniano, ni ningun otro emperador romano los haya arrojado de ella; por cuya razon, cuando dice el autor que Justiniano destruyó el imperio de los godos, se debe entender el de Italia, la cual reconquistó en el año 535, venciendo á los ostrogodos que se habían apoderado de elia; pero de ningun modo el reino que fundaron en España.

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ántes de Justiniano existían tres colecciones de estas constituciones: los códigos gregoriano, hermogeniano y teodosiano. Los dos primeros, formados por autoridad privada, comprendían las constituciones de los emperadores gentiles desde Adriano hasta Constantino el Grande (*). El otro, compuesto por el emperador Teodosio el jóven, contiene las cartas ó constituciones de los emperadores y príncipes cristianos. Aquellos hace tiempo que perecieron, á escepcion de algunos fragmentos conservados en la Jurisprud. Vet. AnteJustin. del sabio Antonio Schultingio, p. 685 y 709. Pero el Código Teodosiano todavía subsiste, aunqué incompleto, ilustrado con escelentes comentarios por Jacobo Gothofredo, y publicado en Leon año de 1665. De estos tres Códigos mandó Justiniano hacer uno mas sucinto, dando el encargo á Triboniano, excuestor del S. palacio, y (**) gran jurisconsulto de aquellos tiempos, pero de religion gentil, segun opinan al

(*) Es bien sabido que Constantino trasladó á Constantinopla, fundada por él, la silla del imperio romano que antes residía en Roma; y que dió la paz al cristianismo, haciendo su religion la del estado, en vez del abatimiento y proscripcion en que antes se encontraba; por cuya razon se le dió el renombre de Grande, á pesar de que á él se le debe atribuir la precipitada caida del imperio romano, al menos el del occidente.

(**) El cuestor de palacio era uno de sus gefes, cuyo principal destino consistía en responder á los memoriales que los súbditos presentaban al príncipe, y manifestar la opinion de este en el senado; pues aunqué ya desde Augusto César perdió la república su libertad, y se erigió en un imperio despótico bajo el reinado de sus sucesores, todavía estos, para alucinar al pueblo, conservaron algunos vestigios de las instituciones de los pueblos libres, y por eso subsistió el senado, aunqué ya no era aquella corporacion tan respetable, á cuya firmeza y probidad debió el estado muchas veces su salvacion, sinó una reunion de hombres venales, sumisos y entregados enteramente á los caprichos de los emperadores.

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